En su último informe, el Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional señaló que "se mantiene la actividad alta en el volcán". Detalla que se han reportado un total de 24 explosiones, 48 sismos leves de largo periodo (por el movimiento de fluidos en el interior) y 18 episodios de tremor de emisión, por las exhalaciones de gas y ceniza.

El domingo se evidenció la expulsión de intensas columnas cargadas de ceniza, al igual que en días pasados, con dirección al noroccidente de la provincia de Tungurahua. Asimismo pequeñas emisiones de rocas incandescentes que bajaron por los lahares de la parte frontal del coloso.

La ceniza caída en días anteriores en las faldas del volcán llenó los techos de algunos invernaderos en sectores como Guadalupe, donde se pudo observar gran cantidad de polvo volcánico sobre el plástico que protege las plantaciones como tomate de árbol y babaco; al igual que en poblados como Juive Grande, Pondoa y Cusúa.

En la Casa del Árbol, mirador baneño ubicado a escasos metros de la famosa Cruz de Bellavista, hubo gran afluencia de turistas que admiraron la actividad del coloso.

"Tenemos las cámaras listas para cuando lance una fumarola, poderlo captar en video o foto", dijo Diego Mena, visitante quiteño.

En este sector, al igual que en el centro de Baños, los bramidos fuertes del volcán parecen no afectar al turismo. Norma Zambrano, en compañía de sus tres hijos y esposo, oriundos de Manabí, se mostraron también sorprendidos por las emisiones nocturnas de rocas incandescentes.

El Tungurahua, de 5.016 metros de altura y situado a unos 80 kilómetros al sur de Quito, comenzó su actual proceso eruptivo en 1999 y desde entonces ha intercalado periodos de fuerte actividad con lapsos de relativa calma.

Este coloso integra el más de medio centenar de volcanes con los que cuenta Ecuador y junto al Reventador y Sangay forma parte de los más activos del país.