La capital tungurahuense soporta, por estos días, altas temperaturas que motivan a los ciudadanos a buscar la manera de refrescarse.

Rosa Flores, octogenaria, recordó que esta variación climática se da en ciudad de los Tres Juanes durante los primeros quince días del mes.

“El bochorno de esta época no viene de ahora, es de siempre. Mis padres ya me contaban que en su juventud, este ambiente cálido que se presenta en los últimos días de octubre y las dos primeras semanas de noviembre, han acompañado desde siempre la época de finados” dijo.

Recordó además, que el uso de sombreros en los varones y sombrillas en las mujeres, se acentúa, así como la venta de bebidas refrescantes a la salida de instituciones educativas, mercados e iglesias.

Las más comercializadas son el agua de coco, limonadas y ponche artesanal.
En Ambato,  a partir del 15 de septiembre llegan los aguaceros y se prolongan hasta octubre.

Los primeros días de noviembre, la naturaleza “hace un paréntesis” en las precipitaciones, lo  que la gente califica como el "veranillo de las almas", por coincidir con la celebración del Día de los Difuntos.

En la página del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) se informa de  temperaturas altas y una mínima de 13 grados.

En las calles, los ciudadanos utilizan ropa fresca y los niños aprovechan para mojarse en las piletas.
 Los vendedores ambulantes de jugos de diversas frutas, granizados y agua  envasada tienen más ganancias. Lo mismo quienes ofrecen  gorras, viseras y  sombrillas.

“En esta época  podemos vender  40 dólares al día. La gente busca bebidas refrescantes. En mi caso, el jugo de coco con hielo lo vendo a un dólar” señala Vinicio Mantuano,  esmeraldeño que recorre las  calles.