Aproximadamente a las 7:30 de todos los miércoles, la plaza central de Cusubamba,  en el cantón Salcedo (Cotopaxi), recibe entre 15 y 20 mercaderes que llegan a comercializar sus productos en la feria. Hay frutas, verduras, mote, pan, panela, golosinas, ropa y sogas. El dinero no es indispensable en esta feria, pues en ella aún se practica el trueque.

La parroquia rural cotopaxense está compuesta por 20 comunidades en las que el 90% de sus habitantes se dedica a labores agrícolas y produce en sus negras y fértiles tierras: cebada, papas, mellocos, ajo, habas y cebolla.

Y desde hace ya varios años, sus habitantes  acostumbran a llegar hasta la plaza central para intercambiar los frutos de su trabajo por otra clase de alimentos que no se produzcan en sus parcelas.

Pasadas las 8:00, las personas que se disponen al intercambio  llegan al lugar,  se acomodan en  una columna en la parte sur y tras ello descargan sus productos que la mayoría de veces suele ser cebada; colocan una libra en una tela que cuelga de sus cinturas para mostrar la calidad de su producto a las comerciantes y de concretarse el negocio se inicia el trueque.

Esther Chanchicocha, proveniente de la comunidad Compañía Alta, a una hora de distancia del centro de Cusubamba, viajó hasta la feria con 20 libras de cebada para intercambiarlas por naranjas, tomate riñón, aguacate, mote y manzanas.

“Por cada libra me dan tres naranjas o tres de cualquier producto, siempre y cuando no sea muy costoso o de acuerdo a la temporada”, explicó.

Esther tiene 45 años y recordó que cuando ella era niña, el intercambio de productos o trueque se daba en mayor escala. “Se cambiaban quintales de cebada o papas por productos de la Costa. Hoy se cambian solo libras; la tradición se esta perdiendo”, aseveró.

Tras intercambiar su cebada por los productos que le hacían falta, se dirigió hasta los puestos de mote con una libra y media de cebada. “Deme una fundita con chicharrón para que coma el guagua”, dijo con una familiaridad que denotó amistad.

María Zoila Caiza, pujilense y comerciante de frutas y verduras, comentó que acude a laborar a la plaza de Cusubamba desde hace cinco años, y que cuando notó que en esta aún se realiza el trueque, lo tomó con agrado e inició su práctica casi inmediatamente. “Cuando las señoras traen a intercambiar papas, soy la primera en llamarles para hacer el trueque, pues la papa de por aquí es rica y sana; la utilizo para mi consumo”, comentó.

El 100% de personas que llega de las comunidades con sus productos a realizar el trueque son mujeres. “Esta tradición no siempre ha sido así. Antes venían también los hombres, porque era un negocio; pero ahora, nosotras intercambiamos únicamente para llevar lo que necesitamos”, indicó Miriam Pillasco, de la comunidad  Carrillo.

Ella llegó a la feria  de Cusubamba con 30 libras de cebada. “También producimos papas, pero preferimos traer cebada porque es mas liviana. Nosotros llegamos en camionetas cuando las hay, pero si no, tenemos que venir a pie; caminamos más de una hora para llegar y con la papa que es pesada es complicado”, manifesto Pillasco