La gastronomía tradicional andina recibe un importante impulso de los emprendedores particulares en los cantones Quero, Cevallos y Mocha, en la provincia de Tungurahua.

Los criaderos de cuyes se han tecnificado en los últimos años, al igual que la siembra de productos como legumbres, hortalizas y frutas. Su valor agregado es la aplicación de la agroecología.

Esto ocurre, por ejemplo, en el barrio Tres Juanes de Yanahurco, en la zona baja del cantón Mocha. Hilda Guevara se dedica a la crianza de especies menores y ella es parte de la Asociación de Mujeres 12 de Julio que a su vez está integrada a una red de emprendedores, cuya sede está ubicada en la hacienda La Escondida.

Cada socia cuenta con galpones donde se crían de 200 a 400 cuyes. En 2008 empezó este proyecto productivo con la construcción y adecuación de galpones con asesoramiento técnico de expertos de la Municipalidad.

“Aprendimos sobre sanidad ambiental y uso de humus y bioles para mejorar el rendimiento y conservar sano el entorno. Comercializamos los cuyes en las plazas de Cevallos y Ambato en donde se venden a $ 6 o hasta 15”, explicó Guevara.

Quero es uno de los cantones que más resulta afectado cuando se reactiva el volcán Tungurahua. La ceniza que arroja el coloso con cada explosión cae como lluvia sobre los sembrados y criaderos de animales menores como cuyes, conejos y gallinas. En el barrio Los Tres Juanes también predominan los cultivos de manzanas, claudias, peras, capulíes, e incluso flores.

Sin embargo, cuando la montaña se despierta los habitantes sufren las consecuencias. La producción desciende, al igual que los precios en los mercados locales.

Frente a esta situación, que ocurre periódicamente desde que se despertó el Tungurahua en octubre de 1999, las organizaciones locales unieron fuerzas para utilizar la producción con fines turísticos mediante la gastronomía popular.

América Vinueza, emprendedora, aseguró que buscan aliarse con la ruta del tren en Cevallos, para invitar a los visitantes a recorrer por hosterías, huertos frutales y galpones de animales.

“Además, contamos con cascadas, quintas antiguas, toros bravos, gastronomía, parajes naturales, sendero y más”, agregó Vinueza.

La fortaleza de estos microempresarios es que son productores de bienes y de servicios y quieren difundir la cría de animales. Esta actividad, según ellos, la realizan con pasión y mucho cariño.

Para esto, los propietarios de quintas como María Isabel (sector El Rosal), Escondida (El Porvenir) y Los Sabores de mi Tierra (Pinguilí) se aliaron con asociaciones de mujeres productoras para impulsar los platos típicos.

Ofrecen cebiche de cuy, cuy asado o brosterizado, conejo a la leche, caldos de gallina, chicha de quinua y sopa de quinua con oreja de puerco, entre otros manjares. Los precios varían entre $ 3 y $ 5.

“Estamos reviviendo lo que antes comían nuestros abuelos. Eso sí, conservando el ambiente a través de una producción limpia”, acotó Vinueza.

Sobre este tema, Paola Jarrín, de la quinta María Isabel, explicó que este negocio está ubicado en el cantón Cevallos, en el sector El Rosal, en la vía a Yanahurco. El lugar ofrece juegos infantiles, un tentadero, restaurante y salón de actos.

Hay zonas verdes, jardines y vías asfaltadas.

La ruta del Tren del Hielo II

Los emprendedores mochanos están interesados en conseguir que los autoferros que arriban los fines de semana y feriados a este cantón amplíen su tiempo de estadía.

En esta zona funciona la ruta Tren del Hielo II que conecta a Ambato con Mocha, Urbina y Cevallos. Es un trayecto de 43 kilómetros de ida y vuelta.

En la actualidad, el autoferro arriba a la estación de Mocha a las 09:15 y parte a las 09:30.

Y es aquí en donde los microempresarios mochanos desean que la estadía de los turistas se extienda, por lo menos, en dos horas. Esto ya lo consiguieron los emprendedores del cantón Cevallos donde el autoferro permanece cuatro horas, de 12:00 a 16:00. En ese tiempo, los viajeros pasean por la ciudad y visitan fábricas de calzado, talleres de dulces y restaurantes típicos.

Los atractivos de Mocha

Mocha se deriva de la palabra Mochica ‘mochoe’, que significa adoratorio. Se cree que este nombre se debe al Monasterio de las Vírgenes del Sol que se construyó en la cima del cerro Puñalica.

Para los mochanos, la parte más importante de su cantón se encuentra en la zona del ecosistema del páramo. En medio de nevados como el Chimborazo y el Carihuairazo existen extensas zonas de pajonales.

Hay también chaparros, yaguales y chuquiraguas, entre otros, que forman un ecosistema importante. Este páramo se denomina Urbina y está situado a 3.600 metros de altura.

En estas zonas sobresalen las quebradas como la Abraspungo y del río Mocha en donde todavía puede apreciarse agua cristalina. Este sector es el límite provincial entre Tungurahua y Chimborazo.

Hay lomas destacables como Piedra Blanca, Cuchilla de Pillado, Quilloturo, El Contadero, El Sombrero, La Tembladera, Cerro piedra Negra, Filo de Sachayucu, etc. (I)