La estruendosa explosión del volcán Tungurahua ocurrida el lunes a las 08:27, además de asustar a los pobladores de zonas aledañas y advertir de lo impredecible de su comportamiento, trizó y rompió ventanales en Chacauco y Cotaló.   
El estallido se escuchó en el sur de Ambato, Riobamba, Quero, Baños, Patate y en mayor magnitud en las parroquias Huambalito, Huambaló, Bolívar y El Rosario, del cantón Pelileo.
María Cortez, propietaria de una casa afectada por la rotura de un vidrio en Cotaló, manifestó que este fue el estruendo más poderoso en lo que va del año.
“La semana anterior, el volcán ya emitió varios bramidos, aunque de  menor intensidad que el del lunes. Este último trizó 3 ventanas de mi vivienda. El sonido de antier terminó de romper una ventana en mi casa que, por estar ubicada en un cuarto no habitado, gracias a Dios no afectó a nadie”, dijo.
El agujero que dejó la detonación volcánica en la ventana de 1,40 x 1 metros de alto fue de 60 centímetros.
Pese a que los tragaluces de esta casa son los únicos afectados en este poblado, los propietarios de la mayoría de viviendas toman precauciones y colocan cinta adhesiva en los vitrales para evitar que esto se repita.
“En 2006, 2009 y el año anterior, ya hubo explosiones fuertes que destrozaron los vidrios en más de 10 viviendas. Lo más aconsejable  es reforzarlos con cinta adhesiva o cartón, para evitar que lastimen a alguien. Si se rompen por nuevas detonaciones o temblores, no provocarán heridas”, señaló Martín Freire, morador del lugar. Según el informe del Observatorio del Volcán Tungurahua (OVT) del Instituto Geofísico, el cañonazo fue producido por una explosión de tamaño medio alto, la cual generó una columna de ceniza de aproximadamente 5 kilómetros de altura sobre el nivel del cráter con dirección occidente y con reporte de caída de ceniza en Pillate.
El intenso sonido estuvo acompañado por 80 movimientos telúricos de largo período, 10 episodios de tremor de emisión, 2 episodios de tremor armónico y 20 explosiones menores.
Carlos Pérez, teniente político de Cotaló, manifestó que el bramido asustó a varios lugareños y los mantiene en alerta.

“Pese a que ya estamos acostumbrados a este tipo de episodios, la gente no baja la guardia, ya que el comportamiento puede cambiar de un momento a otro y nos puede sorprender. Estamos totalmente preparados para enfrentar una reactivación inminente del volcán y una movilización inmediata”, dijo.

En el parque del poblado, 2 camiones del Ejército y efectivos del cuerpo militar permanecen atentos a la conducta del Tungurahua y efectúan revisiones en los alrededores, para verificar si existe caída de ceniza o cascajo.

A 10 minutos de este lugar se encuentra Chacauco, poblado en el que también se trizaron vitrales en una vivienda.

Pedro Salguero, agricultor y propietario de la casa afectada, señaló que no es la primera vez que un estruendo del volcán causa daños en  los hogares.

“No solo son las detonaciones, también hay pequeños temblores que a pesar de que no presentan mayor problema para las personas o animales del lugar, su duración de entre 10 a 12 segundos, es suficiente para debilitar los vidrios de las viviendas y trizarlos, de manera que en una segunda explosión caen con facilidad”, dijo.

El lugar afectado en esta vivienda no supera los 30 centímetros y al igual que en el poblado anterior, los vecinos han decidido cubrir los tragaluces y ventanales con cinta de embalaje.

Esta comunidad, se ubica casi en las faldas del volcán, por lo que los movimientos telúricos y rugidos que producen las emisiones de ceniza y vapor de agua, son fácilmente escuchadas y sentidas por las 36 familias.

Salguero manifiesta, además, que  los bramidos no solo asustan a las personas, sino que estresan y alteran al ganado.

“Las vacas, toros, borregos y demás animales que criamos en este lugar, al escuchar estos ruidos se espantan lo cual afecta a la producción lechera y la crianza de animal. En el caso de las reses tienden a correr desaforadamente y a ‘alocarse’ y si no fuera por la estaca que las sujeta y la vigilancia nuestra, ya habrían escapado del lugar”, afirmó.

Carlos Sánchez,  vigía de la Estación de Monitoreo Ventanas del cantón Baños, enfatizó que de repetirse el fenómeno, los ‘vecinos’ del coloso deberán tomar precauciones.

“Al parecer, el potente ruido del lunes se debería al destape del ducto del volcán, motivo por el cual los moradores de poblados cercanos deberían tener a mano tapones de algodón para los oídos, por si hubieran réplicas. Esta clase de ruidos podría dañar los tímpanos de quien los escuche a distancias menores a 10 kilómetros”, señaló.