De las 4 provincias de la región, Tungurahua es la jurisdicción más vulnerable a desastres naturales. Esto debido a que tiene un volcán activo, se asienta sobre varias fallas geológicas, la irregularidad del suelo y otros factores. Frente a esto y en cumplimiento a lo que estipula el artículo 140 del Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (Cootad), la municipalidad de Ambato creó el Consejo Municipal de Seguridad Ciudadana de Ambato (Comseca), entidad predecesora de la Unidad Especializada de Gestión de Riesgos. Cecilia Naranjo, directora de la unidad, explica importantes aspectos de los programas preventivos que se manejan en la actualidad y en especial de un plan que a decir de ella, es vital para la seguridad de la población.

¿Cuándo inició sus funciones el Comseca?

El registro oficial de creación fue emitido el 29 de noviembre de 2013. Con ello nos unimos a municipios de Baños y de Pelileo, los cuales ya contaban con unidades de riesgos por la actividad del volcán Tungurahua.

Recientemente se habla mucho de la gestión de riesgos. Para entender mejor este asunto, ¿cómo la conceptualizaría usted?

La gestión de riesgos consiste en una serie de actividades diseñadas para reducir las pérdidas de vidas humanas y destrucción de propiedades e infraestructuras, durante eventos naturales adversos, como terremotos, aludes, flagelos y otros.

En Ambato, ¿es la gestión de riesgos una tarea pendiente?

De ninguna manera. El latente peligro por la actividad de la ‘mama’ Tungurahua impulsa la organización de tareas preventivas no solo en Ambato sino también en municipios vecinos. Un ejemplo de ello es la coordinación de las 7 mesas técnicas que integran el Comseca. Cada una reúne a instituciones encargadas de resolver necesidades de la población en situaciones de riesgo.

¿Qué acciones o programas lideran este proceso en la urbe?

Desde hace varios años se llevan a cabo procesos de información y capacitación sobre temas de seguridad civil, en planteles educativos, barrios, dependencias públicas y privadas, y otros esfuerzos. Pero sin duda el Plan Familiar de Emergencia lidera las acciones preventivas en la urbe.

¿En qué consiste este plan?

Esta herramienta es el conjunto de actividades que debe realizar una familia con la finalidad de reducir riesgos que afectan negativamente su bienestar. Además el plan contempla realizar preparativos para reaccionar adecuadamente en caso de emergencias.

¿Cuál es su principal mecanismo?

Definitivamente reconocer a plenitud el entorno donde vivimos. Es vital que los miembros de las familias conozcan las características de sus viviendas, identifiquen amenazas cercanas, como vitrales, postes, cableados, etc; y realizar evaluaciones de las estructuras, por dentro y por fuera, y los materiales de construcción.
La preparación del kit de emergencia también es parte fundamental del plan.

¿Qué debe contener el kit?

La maleta de emergencias, como también se lo conoce, debe tener recursos básicos para hacer frente a situaciones adversas originadas por amenazas naturales, tales como: radio portátil, linterna, pilas, casco y capucha protectora, alimentos no perecibles (enlatados) por lo menos para 3 días, botellas de agua potable, botiquín de primeros auxilios, guantes, saco de dormir y jabón, entre otros. (I)