El centro comercial Maltería Plaza se convirtió, en 15 meses de funcionamiento, en uno de los principales atractivos de Latacunga. A diario atiende a clientes de Ambato, Quito, Ibarra, Riobamba y Guayaquil.

Al principio tenía 65 locales, hoy posee 20 nuevas marcas, es decir, 85 en total, además de la llegada de una cadena de cines en noviembre que generó interés en los jóvenes.

Al almacén de ropa casual y calzado de temporada Taty Boutique, arriban diariamente entre 100 y 120 personas. De ellas, según los responsables, al menos el 40% proviene de Ambato y el resto, de Latacunga y Quito.

“Los ambateños y quiteños llegan a la Maltería porque aquí y en la ciudad, en general, se puede caminar libremente. No hay mucha delincuencia y eso es importante”, aseguró Teresa Cevallos, administradora del almacén, quien sustenta esta teoría en las conversaciones que mantiene con la clientela.

Sobre el mismo tema, Kléver Mancalla, vendedor de Shus, atiende a 20 personas diarias de lunes a viernes y los fines de semana hasta a 40. El 60% llega de la capital. Según este vendedor, los turistas arriban por los artículos que se agotaron en el suelo quiteño. “La llegada de ellos obedece a la seguridad y tranquilidad de las que aún goza la capital provincial”, afirma.

De la mano de su pequeña hija, Marcelo Luna, oriundo del barrio La Floresta (Quito), buscaba un nuevo modelo de jean. “Viajo continuamente a Riobamba para visitar a la familia de mi esposa y aquí encuentro un ambiente pacífico”, manifestó el comprador.

En la planta alta, está el patio de comidas. Hasta allá también llegan los extranjeros. “Viajan de sur a norte o viceversa y la Maltería les queda al paso y se quedan a comer”, dijo José Bravo, de la cadena de comida Mayflower.

En el lugar laboran 4 personas y apuntan un dato curioso: “Los quiteños son más exigentes que los ambateños y latacungueños”. Los empleados del local de comida rápida definen a estos últimos como “educados y pacientes”.

Édison Vizuete, administrador general de la Plaza, aseguró que la última base de datos de 2013 mantenía a los latacungueños, ambateños y quiteños como los principales usuarios.

El principal problema que enfrenta esta megaestructura es el intenso tráfico vehicular y se necesita un puente peatonal.