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Autoridades de mulaló, parroquia rural de latacunga, preparan otro simulacro con el fin de mejorar los tiempos de respuesta
El kit de emergencia, elemento indispensable durante las evacuaciones
La tranquila y silenciosa parroquia Mulaló, ubicada a 20 minutos de Latacunga, cambió radicalmente hace 3 meses.
Sus polvorientas y solitarias calles y plaza se llenan hoy de gente y técnicos de entidades de socorro, quienes comentan sobre el reciente ‘despertar’ del volcán Cotopaxi, ubicado a 17 kilómetros de allí.
El 22 de mayo del año en curso, un andinista que ascendió casi hasta el cráter del coloso filmó lo que parecían unas pequeñas fumarolas que emergían de las entrañas del cerro.
Este hecho originó una serie de recorridos, reuniones, ruedas de prensa y otras acciones por parte de funcionarios de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR), Policía Nacional, Fuerzas Armadas, Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), Cuerpo de Bomberos de Latacunga y autoridades de la ciudad, entre otros.
Desde esta fecha los casi 12 mil habitantes de Mulaló, quienes en su mayoría viven de la ganadería y agricultura, asisten cada semana a capacitaciones de la SNGR, en las que aprenden cómo actuar y a dónde ir en caso de que el Cotopaxi erupcione.
“Para nosotros todo esto es nuevo. Nunca hemos visto al volcán expulsar ceniza, siempre lo hemos visto como una montaña dormida. Esto solo lo imaginábamos a través de leyendas y relatos de algunos ancianos, que en el siglo pasado contaban detalles sobre la última erupción”, comentó Sonia Varela, habitante del barrio central de Mulaló.
Ella y otros 300 vecinos del sector participaron el pasado viernes en el primer simulacro de evacuación de la localidad. Esto previo al desarrollo de al menos 15 talleres sobre prevención de desastres.
Kit de supervivencia
Una de las más importantes lecciones que los mulaleños aprendieron durante los cursos es que en caso de erupción volcánica, deben trasladarse de inmediato a los puntos de seguridad más cercanos portando la mochila de supervivencia.
Dicha bolsa debe contener alimentos no perecibles, linterna a pilas, frazadas, ropa abrigada, botiquín con medicinas básicas y mascarilla, entre otros productos de primera necesidad.
Pablo Morillo, director zonal 3 de la SNGR, destacó la importancia de la maleta de sobrevivencia en caso de ocurrir un desastre natural.
“Estas provisiones podrían salvar la vida de los evacuados en caso de quedar atrapados en un lugar inaccesible o colapsar los servicios de atención en albergues y puntos seguros. Los jefes de hogar deben mantener el kit a la mano, en lugares seguros y frescos, pues nunca se sabe cuándo la alerta cambie y sea necesaria la evacuación”, dijo.
El funcionario manifestó además que dependiendo del número de integrantes del hogar, será necesaria una segunda o tercera maleta de supervivencia.
“Generalmente la mochila de emergencia abastece las necesidades de 2 personas, por lo que en cada casa se debe preparar el número de kits necesarios”, agregó.
Otros artículos que debe contener el kit de emergencia son radio a pilas, gorros, productos de higiene personal, fósforos o encendedor, navaja, silbato y la documentación de los miembros de hogar.
Un tema desconocido en Mulaló
Mario Rocha, presidente del Gobierno Parroquial de Mulaló, por su parte mencionó que la gestión de riesgos en esta población es un tema nuevo, por lo que habrá que reforzarlo cada día.
“Nunca pensamos ver al Cotopaxi en actividad, pues hemos vivido por décadas en sus faldas, y nunca ha pasado nada hasta ahora. Las entidades de socorro están cumpliendo con su objetivo, ya que nos están preparando para saber cómo actuar en caso de erupción. Ahora nos toca a nosotros participar y tomar las capacitaciones en serio ya que de ellas dependen nuestra vidas”, dijo.
Rocha, quien la tarde de cada lunes preside el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) de la parroquia, aseguró además que se analiza la posibilidad de realizar un segundo simulacro de evacuación.
“Si bien la primera experiencia resultó exitosa, debemos mejorar los tiempos de respuesta de la población. El sistema de alarmas está listo para sonar cuando la situación lo amerite”, agregó.
Durante este ejercicio no todos los negocios fueron cerrados, lo que demostró una actitud pasiva de la gente frente a la emergencia.
“No se puede jugar con la naturaleza, hay que ser responsables e involucrarnos todos: niños, adultos, y ancianos, en las acciones preventivas de entidades de socorro. Los lugares seguros ya están definidos”, explicó Luis Núñez, vecino. (I)
Técnicos insisten en mejorar tiempo de respuesta
Durante el simulacro de evacuación de la semana pasada, los técnicos en gestión de riesgos y las autoridades de Mulaló evidenciaron una demora significativa al llamado de evacuación. Si bien en el centro parroquial el tiempo de respuesta fue de 5 minutos, en otros sectores la población demoró más de 30 minutos.
Es el caso de San Agustín, uno de los asentamientos más cercanos al coloso. Tras la activación de las alarmas, los moradores de San Agustín llegaron a la avenida Panamericana Norte, sector Pastocalle, considerada punto seguro y ruta más cercana de evacuación en 40 minutos. “Pese a que la comunidad está alejada de la carretera, los moradores deben mejorar este tiempo pues según los cálculos, los lahares llegarían al sector en menos de 15 minutos”, dijo Pablo Morillo.
En los caseríos Rumipamba de Villacís y San Ramón la evacuación hacia zonas seguras tomó entre 10 y 30 minutos, en ese orden. Según datos históricos revelados en recientes días, en una erupción de mediados del siglo XVIII, la lava del Cotopaxi habría llegado hasta el centro poblado, por lo que se hace indispensable mejorar los tiempos de respuesta de toda la población. (I)