La amenaza de nuevas lluvias mantiene en alerta a las instituciones de socorro en la Sierra centro, especialmente en el cantón Sigchos, en Cotopaxi. Allí se formó un dique natural en un tramo del río Toachi. Un grupo de expertos vigila el desagüe que ya empezó sin la intervención de maquinaria.

Ayer el cielo se mantuvo nublado, pero en Tungurahua y Cotopaxi llovió en diversos sectores.
La atención general está en el represamiento que ocurrió el domingo 21. Ese día, cerca de las 05:30, un tramo del río Toachi se taponó en el sector  de Guacusig, por causa de un deslave en la pared del cañón.

Aquello formó un dique con más de 10 mil metros cúbicos de material pétreo y fluido. Esta represa puso en peligro a unas 300 personas que residen en los recintos Azache, Cutzualó, Guarumal, Agüilla, Campo Alegre y Praderas del Toachi.

Además, representaba un riesgo para el Proyecto Hidroeléctrico Toachi-Pilatón (Hidrotoapi) que empezó a construirse en mayo de 2011 y del cual se espera un aporte de energía media de 1.120 GWh/año desde 2015. Hasta octubre del año que está por concluir, esta obra registraba un avance del 57,95%.

Analizan levantar la alerta

Ayer, al igual que los días posteriores a la declaratoria de emergencia, los miembros del Comité de Operaciones de Emergencia (COE), del cantón Sigchos, volvieron a reunirse. Dentro de los temas del día se  debatió la idea de levantar la alerta, debido a que mejoraron las condiciones climáticas y el agua represada comenzó a descender.

Sin embargo, tras algunas intervenciones, decidieron que la medida se mantenga.
Mario Andino, presidente del COE y alcalde de Sigchos, informó que las condiciones son favorables.

“Los miles de metros cúbicos de agua represada están cediendo por cuenta propia. No se han presentado  lluvias que puedan agravar la situación”, explicó.

Técnicos que laboran en la construcción de la hidroeléctrica Toachi-Pilatón, que le cuesta al Estado más de $ 508 millones (Sin IVA e impuestos) y está ubicada aproximadamente a 50 kilómetros de la zona de riesgo, se mantienen vigilantes las 24 horas ante cualquier emergencia. Andino sostuvo que los técnicos concluyeron que no se puede desaguar el dique de modo técnico ni manual, debido al tamaño y peso de las rocas y del material que descendió por el deslave.

Pero si las condiciones naturales son favorables -acotó- como hasta el momento, los expertos deberán estudiar la manera de retirar el material rocoso para que, de darse fuertes precipitaciones, no vuelva a suceder otro represamiento, y que este material a su vez no sea arrastrado por el caudal del afluente.

Ayer, los habitantes de los recintos Azache, Cutzualó, Guarumal, Agüilla, Campo Alegre y Praderas del Toachi, que fueron identificados como zonas de riesgo, se mantenían con cautela y a la espera de la llegada de personal de la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR).

“Vinieron a hacer una inspección, pero no retornaron. Esperamos que vengan a colaborar ”, dijo el Alcalde de Sigchos. En total son 300 personas que viven en esos recintos.