El desarrollo es lento en Augusto Martínez
Desde el portón oscuro que cierra su propiedad, Raúl Neptalí Arcos ha presenciado la lenta transformación de la parroquia Augusto N. Martínez, al noroccidente de Ambato.
Hace 7 décadas —cuenta este agricultor de 84 años— algunos caminos fueron empedrados y otros quedaron de tierra. Los huertos frutales y los sembradíos abundantes eran un deleite para la vista.
“Como no había buses, caminábamos una hora para llegar a la plaza central ambateña. Atravesábamos chaquiñanes con las cargas que nos doblaban la espalda. Incluso así eran buenos tiempos. Los vecinos se preocupaban del prójimo y se buscaba el bien común. Ahora hay una sensación de abandono en el ambiente”, añade Arcos que todavía reside en una vivienda con anchos tapiales y techado de teja deslucida y avejentada.
Un poco de historia
Esta parroquia fue fundada el 13 de diciembre de 1939. Antiguamente, según los textos de historia, se denominaba Mundugleo que en quichua significa “librarse del río”.
Tiene una superficie de 35 kilómetros cuadrados y cuenta con casi 10 mil habitantes. Se levanta junto a las parroquias Atahualpa y Constantino Fernández a más de 2.500 metros de altura y al pie de los cerros Inapicí y Pilishurco.
Su geografía está caracterizada por los canales de riego y las quebradas como la de Abrihuaico, Rumihuaico y Pondoa que únicamente recogen el agua de las lluvias.
Para regar los cultivos, la gente utiliza los canales Fernández, Jáuregui y Chacón Sevilla. Estos sistemas requieren mantenimiento anual, el que se ejecuta con las tradicionales mingas comunitarias.
En esta zona se cultivan cereales, hortalizas, legumbres, tubérculos y frutas, aunque en retroceso en la última década.
Martínez en la actualidad
Como otras parroquias de Tungurahua, sobresale por su buen sistema vial. Los caminos son asfaltados, de doble carril y señalización. Se destacan 3 carreteras importantes: Martínez-Laquigo-Pinllo-Quisapincha, Martínez-13 de Diciembre-El Carrizo-Rodrigo Pachano y Martínez-Atahualpa-Camino Real.
Esta última es muy importante porque es una alterna a la Panamericana Norte y permite en media hora de viaje llegar a Panzaleo, en Cotopaxi, y continuar la marcha por la Panamericana hacia Latacunga, Lasso, El Chasqui, Jambelí, Machachi y Quito.
“Por eso, los turistas que conocen la ventaja de usar nuestras carreteras prefieren venir por aquí y hacer una parada en los sitios turísticos, especialmente los balnearios como el Bella María y saborear una rica colada morada, morocho y empanadas de viento en los alrededores del parque Central”, aseguró Inés Rodríguez, vecina.
Obras urgentes que se deben realizar
El parque Central, que en el caso de esta parroquia se denomina igual, no invita a visitarlo. Está descuidado y carente de flores y plantas ornamentales.
El edificio de la Junta Parroquial enfrenta una situación similar. A pesar de los anuncios de derrocamiento y restauración integral, esta obra no se concreta y los habitantes esperan que con la nueva administración los trabajos empiecen en forma definitiva.
Sin embargo, los avisos obligaron a salir a las dependencias que funcionaban en este inmueble como el Registro Civil y la Tenencia Política. Incluso, la oficina de la Junta Parroquial funciona en otra vivienda a 2 cuadras de ese lugar.
Además, 2 servicios importantes se encuentran funcionando allí en precarias condiciones. Los miembros de la Unidad de Policía Comunitaria viven en cuartos estrechos, mal iluminados y apenas con una cama de metal y una mesa. A la par, la biblioteca del sistema nacional atiende desde 1987. Peor la mayoría de sus 40 mil libros están en cartones. Aun así arriban usuarios.