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El Conservatorio La Merced debe renovar todos sus instrumentos
La edificación no se puede ver desde la avenida Pedro Vásconez, vía principal de ingreso a la parroquia Izamba situada al nororiente de Ambato.
Pero la gente sabe que está allí, su fama le antecede. Es el Conservatorio de Música, Teatro y Danza La Merced, camuflado entre los edificios del concurrido colegio Tirso de Molina y de la escuela La Merced. El trajín de los estudiantes es incesante, prácticamente dura de 06:40 a 19:30, es decir, casi todo el día.
Más de 4 mil niños y adolescentes de las 3 instituciones entran y salen por el portón metálico oscuro, de lunes a viernes. Ellos escogen el horario que mejor les convenga y casi todos residen en las provincias de la región central. La mayoría proviene de comunidades y parroquias rurales.
Pertenecen a familias de agricultores con bajos ingresos económicos que, de otro modo, no podrían estudiar música en un establecimiento como ese que ofrece 2 especialidades: profesor de música para educación básica y en instrumentos como guitarra, piano, trombón, violín, viola y saxofón.
Ayer, este centro promotor de artistas y de bandas musicales en la Sierra centro cumplió 47 años de vida institucional. Pero no todo es positivo.
Según el padre Alonso Freire, rector del conservatorio, el panorama legal de instituciones similares del país se volvió incierto por falta del apoyo continuo del Ministerio de Educación y Cultura (MEC).
“La cartera de Estado todavía no abre el concurso de merecimientos y oposición para los conservatorios. Esto es un retraso que causa irregularidad en los maestros. Necesitamos llenar las vacantes que dejaron los jubilados y requerimos de más nombramientos para los profesores”, asegura Freire, quien es parte de la orden religiosa de Los Mercedarios.
Y para que la idea no quede en el aire, añade: “En estas circunstancias, un licenciado gana $ 530 y un tecnólogo $ 430, que es muy bajo para la carga horaria. Dependemos de un presupuesto y no se cobra a los chicos por aprender. Eso a veces juega en nuestra contra”.
Sin embargo, esta organización católica fiscomisional hace lo imposible para facilitar el ingreso de más jóvenes y niños. Pero tienen otras carencias.
Las necesidades
Según los maestros y autoridades, este conservatorio ha impulsado el profesionalismo de las bandas de pueblo o populares de la región. “Nuestros alumnos hacen los arreglos musicales. Ya son bandas y orquestas con alumnos que estudian o se especializaron aquí. Eso promueve la apreciación rítmica de quienes los escuchan. Así ayudamos a cambiar esa mentalidad de que el músico es mujeriego o borracho. Eso no va más, pues ahora un músico es un especialista generador de cultura y de identidad”, asegura Freire.
Para que este trabajo pueda ser perdurable, el organismo necesita también renovar toda su instrumentación. “Hace unos años se hizo un estudio técnico al respecto. Necesitamos $ 500 mil para mejorar infraestructura e instrumentos, pues los que tenemos datan de más de 40 años de uso. Por ejemplo, un piano cuesta $ 6 mil y una trompeta profesional $ 4 mil. La Zonal de Educación conoce de esto”, argumentó.
Los muchachos estudian en otros establecimientos de la ciudad y para ingresar deben someterse a una prueba rigurosa. En promedio, cada año hay 300 aspirantes, pero escogen un 10% porque disponen de 50 profesores.
Carlos Ruiz es uno de ellos. “La educación es muy personalizada porque solo así se aprende de uno en uno. Yo llevo 26 años en esto y me alegra que la juventud se interese, pero falta apoyo. Los tecnólogos han formado bandas, ensambles y agrupaciones que han logrado posicionarse”, afirma Ruiz.
DATOS
El Conservatorio de Música, Teatro y Danza La Merced fue fundado por el padre Rubén Robayo de la orden de los Mercedarios. Se encuentra en el barrio San Juan, en la parroquia Izamba de Ambato.
Cristian Tenenchana es estudiante del Pío X. En las tardes, luego de clases y de hacer sus tareas, acude al centro porque quiere reforzar la formación de una agrupación musical de rock-pop. “Llevo 3 años de estudios y me faltan 4 más. La enseñanza es buena”, aseguró.
En este establecimiento hay 14 agrupaciones como coros, quintetos, ensambles de cuerdas. Las presentaciones y las invitaciones son continuas. En estas también participan los chicos de danza y teatro, actividades artísticas que también han ganado espacio en el escenario local.