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El Telégrafo
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Deslaves causan daños en 2 zonas de Ambato

Los moradores de Calhua Grande recorren los sitios afectados y buscan alternativas que permitan volver a la normalidad. FOTO: ROBERTO CHAVEZ
Los moradores de Calhua Grande recorren los sitios afectados y buscan alternativas que permitan volver a la normalidad. FOTO: ROBERTO CHAVEZ
18 de marzo de 2014 - 00:00 - Redacción Regional Centro

Las lluvias de diversa intensidad se mantienen en distintos sectores de Tungurahua. En las últimas horas ocurrió un deslave cerca de Pucarumí, casi en la frontera entre Tungurahua y Cotopaxi.

El agua arrastró grandes cantidades de lodo y rocas que bloquearon un tramo de 60 metros del restaurado Camino Real que conecta a 5 parroquias de ambas provincias y que se convirtió, desde su asfaltado a finales de 2013, en una carretera alterna a la Panamericana Norte.

Maquinaria del Gobierno Provincial de Tungurahua permanece en ese sector y el paso vehicular fue habilitado la tarde del domingo. Sin embargo, el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), pronostica que las lluvias continuarán en la región Interandina. Esta realidad preocupa a los habitantes de Calhua Grande, en la parroquia Augusto N. Martínez.

En ese lugar, situado a 40 minutos de Ambato, el pasado 8 de marzo una tormenta afectó 8 viviendas y el fuerte temporal no da tregua a los moradores del sitio.

La producción agrícola y la cría de animales menores como cuyes también ha sido perjudicada.

Representantes del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) y Secretaría de Gestión de Riesgos evaluaron la situación y entregaron alimento, cobijas, colchones y kits de aseo. Sin embargo, ayer los lugareños solicitaron una nueva inspección de las autoridades, ya que las precipitaciones no cesan.

“Acá hace frío cada mañana y en la tarde hay lloviznas. Desde el día del aluvión, las lluvias se han convertido en tormentas. Vivimos con miedo de que otra vez las aguas desciendan y afecten nuestras siembras y casas”, señaló Carlos Yacchirema, morador.

La población se encuentra en las laderas de una montaña y eso aumenta el peligro.

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