Cotopaxi tiene cerca de 80 camales clandestinos
En la provincia de Cotopaxi, las autoridades detectaron la existencia de sitios de desposte clandestinos.
La Dirección de Ambiente ha clausurado al menos 50 sitios de estos en lo que va del año.
La Agencia Ecuatoriana de Aseguramiento de la Calidad del Agro (Agrocalidad), el Ministerio de Industrias y Productividad (Mipro), el Ministerio del Ambiente (MAE), las direcciones de ambiente de los GAD Municipales y la Dirección Provincial de Salud (DPS), retomaron las reuniones para delinear estrategias, que permitan regular los camales municipales y eliminar los no autorizados.
Ana Zambrano, coordinadora de Vigilancia y Control Sanitario de la Dirección de Salud de Cotopaxi, explicó que uno de los objetivos es conocer la procedencia de la carne que se comercializa en las plazas y mercados de la provincia.
Por eso realizan operativos sorpresa para conocer el origen del producto.
“Solicitamos guías y certificados de faenamiento en un camal autorizado, que los comerciantes cuenten con el certificado de salud y estén bien uniformados”, indicó.
Para laborar, los comerciantes -expresó- deben tener el carné de salud, utilizar las cofias (protección del cabello), las mascarillas, no usar anillos ni pulseras, y cambiar las balanzas periódicamente, porque estas se oxidan y pueden producir daños en la carne.
Comentó que en el operativo se descubrió que incluso algunas personas faenan en sus casas.
Advirtió a los comerciantes que realizan esta práctica que si continúan con ella, se les decomisará el producto.
Lucía CH., comerciante, aceptó que desposta “de repente” en su domicilio.
“Es por la lejanía. Vivo en la parroquia Cochapamba (Saquisilí) y el camal me queda muy lejos. Para llevar a la res debo pagar 5 dólares”, precisó.
Los decomisos los realiza Agrocalidad y las sanciones las impone el Ministerio de Salud, que de acuerdo a la normativa equivalen a 10 salarios mínimos vitales (3.180 dólares) por no tener el permiso de funcionamiento.
Ana Belén Marín, directora del MAE de Cotopaxi, sostuvo que en los camales clandestinos no se faenan más de dos o tres animales, sin embargo no pueden funcionar sin licencia ambiental, pues no cuentan con los mínimos requisitos de higiene y salubridad.
Enfatizó que son espacios propensos a contaminarse.
El Ministerio de Salud obliga a que la carne sea transportada en furgones con frigoríficos recubiertos de acero inoxidable para que no se afecte.
Los vehículos deben tener el permiso de circulación de alimentos que lo otorga la DPS a través de vigilancia sanitaria.
Añadió que más adelante, los operativos estarán canalizados a las carreteras de la provincia. El objetivo es evitar que la carne de sectores cercanos a Lasso y Tanicuchi, llegue a Quito, sitio en el cual se estarían colocando los sellos de faenamiento municipal.