Conforman veeduría ciudadana sobre el proyecto Río Blanco
Un grupo de ciudadanos de Puyo se ha interesado, por iniciativa propia, en investigar lo positivo y lo negativo del proyecto de agua potable Río Blanco, obra que por más de dos años ejecuta el gobierno municipal del cantón Pastaza a un costo que sobrepasa los 7,5 millones de dólares y que debió ser concluida en febrero de 2012.
El Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs) llevó adelante el proceso de selección y calificación de las personas que hoy integran la Comisión de Veeduría Ciudadana, quienes supervisarán los trabajos, los mismos que estarían por concluir.
Quienes forman parte de la veeduría son ciudadanos que representan a los barrios, a organizaciones de la sociedad civil y personas comunes. Ellos son Esilda Palacios, Napoleón Cadena, Diego Álvarez, Rosario Morán, Eduardo Delgado y Danny Reyes, quien actuará como coordinador.
La encargada del Cpccs, Andrea Zúñiga, anunció en el acto de entrega de las credenciales que se cumplió el pasado martes, que pedirá al alcalde Germán Flores y al Cabildo que brinden todas las facilidades y entreguen la documentación que requiera el organismo.
Zúñiga recordó que entre las responsabilidades del Consejo de Participación están la conformación de veedurías, la vigilancia de que estos entes cumplan los objetivos para los cuales fueron conformados, que no sean manipulados por sectores interesados y que no obstaculicen el desarrollo de las obras que estén en plena ejecución.
Igualmente, sugirió que la ciudadanía se motive y conforme otras veedurías para inspeccionar todas las obras que han realizado los gobiernos seccionales.
Danny Reyes, coordinador de la veeduría, manifestó que los criterios vertidos por la colectividad en favor y en contra del proyecto de agua son los argumentos principales para que las personas se hayan interesado en conformar el comité.
El trabajo de la veeduría inició este miércoles, para lo cual se ha definido un plan de actividades que debe ser concluido en los próximos seis meses, con la presentación del informe final.
Los veedores decidieron solicitar la ayuda de las universidades y de la ciudadanía para que proporcionen toda la información relacionada con el proyecto. Igualmente técnicos y especialistas locales apoyarán al comité y serán quienes analicen cómo fue construida la obra.
Gran parte de la ciudadanía ha expresado su complacencia por la conformación del organismo y dijo anhelar que se clarifique la ejecución del proyecto. “Nos ofrecieron entregar agua de calidad el año pasado; no tenemos nada y lo peor es que ya nos cobran por algo que no poseemos”, indicó Jorge Mantilla, vecino del barrio Eloy Alfaro.
El proyecto Río Blanco contempla la construcción de una nueva captación y planta de tratamiento de agua potable, que debía estar lista en un plazo de 365 días, a partir del momento de su adjudicación, lo que no se cumplió.
En octubre de 2012, el proyecto tuvo sus primeras observaciones cuando Elías Jachero, presidente de la Federación de Barrios, hizo público un informe de la Comisión Técnica del proyecto en el cual se señalaba que existía “gran cantidad de asentamientos en el suelo alrededor de toda la obra. (…) Existen gaviones deslizados y a punto de voltearse (...). Gran cantidad de trizas en las aceras (...). Múltiples fracturas en los bordillos (...). Grietas en el suelo (...). Fisuras pronunciadas cruzan por las paredes y la losa de los tanques reservorios traspasa el piso frente a la casa de máquinas y atraviesa por las paredes de hormigón armado y pasa fisurando la caja de ingreso de agua”.
Y por si fuera poco, a finales del mes de mayo, debido al fuerte temporal invernal en la Cordillera de Los Llanganates, se produjo un deslave de gran magnitud antes del sitio de captación del agua, lo que provocó que se contaminara y el líquido vital llegó a las viviendas con lodo, tierra, escombros y otros materiales, provocando el malestar generalizado de los habitantes del cantón Pastaza.
Esto motivó a que el alcalde Germán Flores mencionara que en los estudios originales del proyecto de agua no se contempló la construcción de los tanques de desarenación ni de los flocuradores, en los que se debían instalar filtros para, en algo, lograr la purificación del líquido destinado a la población.