Las rocas incandescentes bajaron por la quebrada de achupashal
Ceniza cayó en 4 comunas de Chimborazo
Un nuevo descenso de flujos piroclásticos y bramidos de intensidad mediana detectaron en las últimas horas los instrumentos y los vigías del volcán Tungurahua. Tras varias explosiones fuertes y el rodamiento de material incandescente la noche del lunes, a las 08:51 de ayer el coloso expulsó grandes columnas de ceniza.
De inmediato el Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional (EPN) informó sobre el descenso de material piroclástico por la quebrada de Achupashal, hasta 2.200 metros del macizo.
Ese producto no bajó más de 1.500 metros desde la cumbre, por lo que no se registraron afectaciones en viviendas, cultivos ni ganado. Tampoco en los caseríos cercanos al volcán, entre ellos Chacauco, perteneciente a Pelileo.
En Cotaló y Pillate, comunidades del mismo cantón, la situación generó cierto nerviosismo entre la población, pues los ‘rugidos’ estremecen ventanales y hay el peligro de rotura de cristales. “Algo similar ocurrió justo hace 2 años, en marzo de 2014. En esta fecha los fuertes ruidos que produjo el Tungurahua quebraron cristales en varias casas”, aseguró Alexis Villacís, habitante de Cotaló.
En esta comunidad, la cual debe su desarrollo a la agricultura, avicultura y ganadería, no ha caído ceniza durante los últimos 5 días, gracias a la acción del viento que asciende desde la Amazonía y conduce las columnas hacia el suroriente del cráter.
Daños en fréjoles y granadillas
Según el IG, la actividad del volcán es moderada-alta. Desde las 11:00 del lunes hasta la misma hora de ayer, se registraron 38 episodios de tremor de emisión (TREM), 41 explosiones (EXP), 108 eventos de largo período (LP), 2 tremores armónicos (TA).
Los flujos piroclásticos también rodaron por las quebradas de Mandur, Romero, Bilbao y Juive, en el cantón Baños de Agua Santa.
La explosión más fuerte de ayer ocurrió pasadas las 11:00. Una gran columna de vapor de agua y ceniza se elevó hasta los 6.000 metros por encima del cráter. Pocos minutos después hubo caída del material en Bilbao, Palitahua y Chontal, poblaciones de Chimborazo.
La situación fue similar en San Andrés de Pillate. En todas estas localidades el polvo volcánico cubrió por completo los sembríos de maíz, fréjol, papa, haba, tomate y otros productos propios del lugar. “Lo que más preocupa es que algunos productos fueron sembrados hace pocos días. Es el caso del fréjol y granadilla, plantas que poseen grandes hojas y sufren los efectos de la ceniza al 100%”, señaló Roberto Miranda, agricultor de Pillate.
Debido a esta situación muchos comuneros han decidido arrancar las plantas y sembrar cebolla blanca, el único producto resistente a la caída de polvo volcánico. “Es triste ver cómo se desperdicia un cultivo entero, pero no hay otra opción. Una preocupación es la falta de hierba fresca, razón por la cual la producción de leche desciende a niveles preocupantes: de 15 litros diarios a apenas 5”, explicó Juan Jurado, de Chacauco. (I)