La cantidad de agua que normalmente corre en el río Culapachán  proveniente de la zona alta de Píllaro se ha incrementado casi al doble, debido a las constantes lluvias de los últimos 2 meses.
Como se aprecia en la gráfica, este significativo caudal, lejos de causar daños o afectaciones, beneficia a las zonas agrícolas que se ubican en sus riveras, cerca de Píllaro. Estas son Las Viñas y Quillán La Playa.

En este último, aproximadamente 45 familias sobreviven del cultivo de tomate, granadilla, chamburo, maíz y fréjol.

Las aguas bañan las orillas del río, permitiendo que las plantaciones cercanas reciban constantemente agua en abundancia.

“Estamos aprovechando al máximo el caudal, ya que hay épocas que viene poca agua y dificulta el riego de nuestras plantaciones”, afirma Luis Acebedo, agricultor de la zona.
De igual forma, las granjas de Las Viñas, por su ubicación en pleno valle del sistema montañoso entre Píllaro y Ambato, se benefician del agua.

En este poblado de casi 400 habitantes, el producto predominante es el aguacate. Alrededor del 80% de los moradores lo cultiva.

“Casi todos los agricultores vivimos del cultivo de aguacate. Pese a que es un árbol que constantemente permanece húmedo, el abundante caudal facilita que la fruta engrose y madure rápidamente en la misma rama, cosa que no ocurre cuando no recibe riego diario”, dijo Sebastián Saltos, morador del lugar.

En ambas poblaciones existen criaderos de truchas y tilapias, peces de agua dulce típicos de las zonas templadas de la Sierra, gracias a los ojos de agua que abundan en las orillas del río.

Diez restaurantes del lugar se dedican a la preparación de estos peces, con variadas técnicas, entre ellas: al ajillo, al vino, asado y frito.