Canastos de totora siguen a la espera de un espacio
La latacungueña Enma Tarco tiene 50 años y desde los 15 se dedica a trabajar artesanías como canastos, cunas, roperos, carteras y paneras, entre otras. La materia prima (totora) llega de Riobamba, Ambato y Baños. “Este material crece donde hay bastante agua, ríos, quebradas y los dueños nos las venden a nosotros”, comentó Tarco.
La totora debe ser preparada previamente para la elaboración de cualquier objeto. Eso significa cortarla con un cuchillo horizontalmente en partes de 1 a 2 centímetros, dejarla secar por un par de horas e iniciar el trabajo. “No es una tarea fácil; nos podemos demorar hasta un día en un solo canasto. Sin embargo, lo vendemos barato”, dijo. Cada canasto, de acuerdo con su tamaño, cuesta entre cinco y ocho dólares.
De ahí que algunas comerciantes han optado por visitar las ferias de otros cantones con la esperanza de vender mejor sus productos. “He visto que los jueves van a Saquisilí, a la plaza Kennedy, a la plaza Nueve de Octubre, buscando más oportunidades de venta (…). Es algo que las jóvenes pueden hacer porque para las mayores como yo, ya no es sencillo trabajar así”, se lamentó.
Según Tarco, en la labor no se ganan más de dos dólares por pieza, lo que convierte al trabajo en poco rentable. Y la situación empeoró hace casi dos años, cuando el Municipio de Latacunga inició la construcción del intercambiador del barrio Niágara, al sur de la ciudad, justo donde las “canasteras”, como se conoce a estas artesanas, comercializaban sus productos.
Al ser ubicados en la parte posterior del intercambiador, sus productos ya no se exhiben como antes, se dificultó el ingreso de los compradores y las ventas bajaron.
Sin embargo, el Cabildo latacungueño ofreció a la Asociación de Comerciantes de Canastos la construcción de 15 cubículos (uno para cada integrante) en el intercambiador, con el fin de ayudarlos a recuperar sus ventas.
Pero los miembros de la Asociación han visto pasar los meses sin que se concrete la solución, y el regreso a su antiguo sitio de trabajo se dilata.
Según Milton Salguero, director (e) de Obras Públicas del gobierno municipal cotopaxense, aproximadamente en 30 días los cubículos estarán listos pues, al momento, se trabaja en detalles tales como la colocación de la cubierta.
“Máximo el jueves concluiremos la parte física de este trabajo; pero también falta la pintura y el adecentamiento de la parte interna entre los cubículos, donde se creará un espacio de descanso para los visitantes”, indicó el funcionario.
No obstante, uno de los temas que más preocupan a los “comerciantes de canastos” es que se les habría anunciado que para poder ocupar los cubículos deberán cancelar un arriendo. “Como le decía, no ganamos casi nada y en realidad, pagar un arriendo es complicado para nosotros”, afirmó Tarco.
Mientras que Salguero mencionó que todavía desconocen si se deberá o no cobrar arriendos. “Se determinará más adelante en Servicios Públicos si habrá costos de arrendamiento y cuáles serán los montos”, finalizó.