Cabildo alista el cierre de camal
Cerca de 50 reses se faenan por día en el camal municipal de Latacunga, ubicado en el barrio San Martín, en la periferia del cantón. El sitio tiene 30 años de haberse construido y carece de infraestructura básica para operar.
El alcalde, Rodrigo Espín, decidió cerrar el centro de desposte por cinco meses hasta efectuar varias adecuaciones.
Édgar Raúl Sánchez, administrador del camal, aseguró que para disminuir la contaminación se recogen aproximadamente 56 toneladas mensuales de desechos orgánicos, sangre y vísceras de modo manual. Todo ese producto es entregado a diferentes instituciones que lo pueden utilizar como abono. También lo proporcionan a la Empresa Pública de Aseo y Gestión Ambiental (Epagal).
Esta labor se realiza desde 2010. El año pasado 256 toneladas de desechos fueron mandadas a la entidad. “Esto merma el daño ambiental y la descarga que antes recibía el río Yanayacu, el cual alimenta al Cutuchi con lo que se reduce un 90% de la insalubridad”, aseguró.
Patricio Sánchez, encargado de la Dirección de Ambiente del GAD Municipal, dijo que con la recolección de los desperdicios se disminuye apenas el 60% de la polución. Explicó que la sangre y otros desechos que no se pueden recoger, se lavan y terminan llegando al río Yanayacu.
Añadió que los estudios de impacto ambiental revelan que uno de los principales factores contaminantes del camal son las descargas líquidas, pues los tanques de tratamiento que posee no funcionan en un 100%. En el lugar trabajan 23 personas entre personal de planta y administrativos. Aún no conocen las labores que cumplirán mientras se concluyen las adecuaciones.
Notifican a introductores
Augusto Molina, director de Servicios Públicos del Cabildo, señaló que ante el inminente cierre del camal ya se socializó con los introductores y se enviaron oficios a los alcaldes de Saquisilí y Salcedo para que se les permita a los introductores latacungueños realizar el sacrificio de las reses en esos camales. “Ya tenemos respuesta favorable y la apertura de ambos”, aseguró.
El faenamiento de una res en la capital cotopaxense cuesta 11 dólares; mientras que en Salcedo, 15; y en Saquisilí, 17. Esto debido a que en el centro de desposte de Latacunga no se prestan los servicios completos, como la cadena de frío y lavado de vísceras.
“Los costos se elevan también por el transporte. Salcedo y Saquisilí están lejos. El flete en una camioneta cuesta mínimo 6 dólares. Creo que los introductores vamos tener pérdidas”, comentó Juan T., comerciante de cárnicos
Los montos de inversión en el sitio de desposte se están socializando. Lo mismo los equipos y máquinas a implementarse. “Una de las soluciones tecnológicas cuesta más de un millón de dólares, otras bordean los 350 mil dólares. Hay que tratar el tema de modo interno”, dijo el encargado de la Dirección de Ambiente.