Baños de Agua Santa, cantón ubicado en la provincia de Tungurahua, es una de las ciudades más conocidas, productivas, turísticas y fascinantes de Ecuador.

Sus encantos naturales, gente amable, deliciosa gastronomía e innumerables opciones de diversión lo han convertido en el destino turístico más importante del país, después de las Islas Galápagos.

Pese a que es difícil contabilizar el número exacto de turistas que cada año la visitan, se cree que anualmente llegan más de 600 mil personas de diferentes partes del mundo.

A los pies del impresionante y majestuoso volcán Tungurahua, Baños de Agua Santa es una ciudad que vive 100% del turismo. Si bien este es el principal atractivo natural que posee, no es el único.

Al estar ubicada la ciudad entre montes andinos y selva amazónica, el ‘pedacito de Cielo’, como también se conoce a esta urbe, posee hermosas cascadas, ríos, valles, cañones, bosques, lagunas, miradores, senderos y muchos otros paisajes.

Características

Baños de Agua Santa debe su nombre a las vertientes de agua termal que existen en su territorio y a la devoción de su pueblo a la Virgen de Agua Santa.

Se encuentra a 45 minutos de Ambato y a 3 horas de Quito. Tiene una población de 12.995 personas, según el censo de 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). La actividad económica más importante del cantón es el turismo receptivo.

El centro poblado fue construido sobre la gran planicie ubicada en la parte baja del flanco oriental de la ‘Mama Tungurahua’. Está ubicado a una altura de 1.820 metros sobre el nivel del mar y goza de un clima muy agradable durante todo el año.

Los parques nacionales Sangay y Llanganates están ubicados a los costados del cantón, por lo que los visitantes pueden realizar extensas caminatas y hacer observación de aves en los senderos ecológicos.

Otra de las características que define a Baños son los múltiples balnearios de aguas termales. Allí los visitantes pueden sumergirse y reposar en una piscina llena de líquido con alta concentración de sales y minerales beneficiosos para la salud.

Encantos naturales

La última reactivación del Tungurahua tuvo lugar a finales de 1999 y desde entonces el número de visitantes aumentó.

En torno al coloso gira gran parte de las actividades turísticas. Toda la producción agrícola, ganadera, avícola, la industria gastronómica y el comercio de la urbe, sirven para abastecer a decenas de restaurantes, hosterías, hoteles, tiendas y bares existentes.

Gran parte de los visitantes de Baños, quienes año tras año llegan hasta los miradores del volcán Tungurahua, son norteamericanos, españoles, alemanes, japoneses, argentinos y rusos. Entre ellos la Casa del Árbol, paradero ubicado en el sector Runtún, a 15 minutos del casco urbano y a escasos 3 kilómetros del cráter.

Desde allí se puede observar hasta el más mínimo detalle del comportamiento del macizo. Carlos Sánchez, vigía, explica la importancia que este lugar tiene para el monitoreo volcánico y turismo: “Desde hace 16 años la Casa del Árbol se convirtió en una estación de vigilancia. Incluso cuando está nublado los aventureros vienen para contemplar las emisiones de ceniza, gas y escuchar los bramidos que el macizo emite a diario”.

Ventajosamente el polvo volcánico no afecta a quienes permanecen allí debido a que los vientos provenientes de la Amazonía empujan el material hacia el noroeste.

Otro importante mirador es La Cruz de Bellavista, ubicado a 2 kilómetros de Baños. Desde allí se puede divisar el encanto nocturno de Baños.

Las caídas de agua son otro atractivo del cantón. Existen más de 25 cascadas que en su mayoría bajan de las estribaciones de los parques Sangay y Llanganates.

John Menta, guía de montaña y dueño de una operadora turística, señala que la visita a estos encantadores lugares es inevitable.

“Las cascadas encabezan la lista de paradas de las ‘chivas’ y buses turísticos. Entre las más conocidas están Bascún, Agoyán, Manto de la Novia, Chamana, Machay y otras. El ruido del agua cayendo es una terapia relajante además de ser el fondo perfecto para una postal”, dijo.

En las cercanías de las cascadas, varias empresas han habilitado tarabitas, desde donde la vista del río Pastaza es espectacular.

Las operadoras turísticas ofrecen la oportunidad de practicar deportes extremos. “En Baños se puede hacer canopy, ráfting, canyoning, trekking y el impresionante salto de puente”, agregó Menta.

Melcochas, cañas y otros dulces

Una visita a Baños no está completa si no se prueban las delicias gastronómicas que allí se elaboran. La más representativa es la melcocha, dulce elaborado a base de panela fundida y que adquiere consistencia al estirarla sobre un pedazo de madera incrustado en una pared, mientras está caliente.

Saúl Vargas, dueño de un local de golosinas, explica que cada día en su local se venden entre 300 y 400 kilos de este dulce.

“En la ciudad hay alrededor de 100 tiendas donde se puede comprar melcocha. Es difícil medir la cantidad de melcocha que se vende, pues esta se prepara en trozos de panela fundida y, una vez lista, se divide en pequeñas porciones”, dijo.

El dulce se expende en trozos pequeños desde $ 0,50. Otra de las delicias que allí se puede degustar es el zumo de caña de azúcar.

Frente a la Terminal Terrestre del sitio existen locales donde además de esta delicia se puede adquirir dulce de guayaba, alfeñiques y miel. (I)