Los 102 agentes que operan en la actualidad son insuficientes para cubrir las 28 parroquias de la ciudad
Ambato requiere 120 vigilantes más para controlar el tránsito
Debido a la amplitud del cantón Ambato, compuesto por 18 parroquias rurales y 10 urbanas, el total de agentes civiles de tránsito que operan en la urbe es insuficiente para controlar el tránsito vehicular y la movilidad peatonal.
Los 102 agentes entraron en funciones en enero de 2014, después de 5 meses de instrucción en la Ley Nacional de Tránsito y ordenanzas municipales similares.
Su presencia en las calles obedece a lo establecido en el Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (Cootad), que otorga a los municipios del país la competencia en temas de tránsito.
Julián Gómez, director de la Agencia Municipal de Orden y Control Ciudadano, manifiesta que la deficiencia se pudo evidenciar tras cumplirse el primer trimestre de labores de los vigilantes. “Hemos comprobado que el número actual de agentes que laboran en el cantón es deficiente. Debido a esto, hemos creído conveniente solicitar el cupo para la instrucción de 120 vigilantes adicionales a la Agencia Nacional de Tránsito (ANT), para completar 222 y con este número, realizar un reparto adecuado de personal en las 18 parroquias de Ambato”, dijo.
El Cabildo, añade Gómez, espera que la ANT responda favorablemente esta solicitud y otorgue cuanto antes, las plazas para la instrucción del nuevo personal.
DATOS
Los agentes civiles de tránsito de Ambato, fueron capacitados entre julio y diciembre de 2013 en la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) de Cuenca.
Inicialmente, el total de vigilantes fue de 120, 87 hombres y 33 mujeres, reduciéndose al número actual después del curso de instrucción.
En la región centro, Ambato es la primera capital provincial que se suma a la lista de ciudades que han asumido las competencias de tránsito en el país, entre ellas: Quito y Cuenca.
Las funciones de los vigilantes no se limitan a controlar el tránsito vehicular, también están autorizados para advertir e imponer multas a peatones que infrinjan la Ley Nacional de Tránsito y las Ordenanzas Municipales de Movilidad Humana.
Una de las infracciones más usuales entre los conductores es irrespetar el paso cebra.De ser positiva la contestación, el curso de preparación se iniciaría en agosto y los agentes se graduarían a más tardar, en diciembre del presente año.
En la actualidad, la jornada de los agentes empieza a las 06:00, hora en la que el personal supervisa el tránsito en zonas de gran afluencia vehicular, como las avenidas Cevallos, 12 de noviembre, Unidad Nacional, también paradas de autobús, rotondas, ingresos y salidas de la ciudad y en las cercanías a instituciones educativas del casco urbano.
La necesidad de contar con vigilantes en las afueras de escuelas y colegios se acentúa en horas pico, debido a que el elevado número de vehículos que circulan en este horario acrecienta el riesgo de atropellos y choques.
Un aproximado de 30 planteles del centro de la ciudad cuentan con este servicio, entre ellas: escuela Juan Montalvo, La Providencia, Luis A. Martínez, Las Américas, Liceo Cevallos, Eugenia Mera, Centro Ecuador y escuela México.
Carlos Medina, director de esta última, ubicada en las calles Rocafuerte y Castillo, manifiesta que pese a la vigilancia diaria de los agentes en horas de ingreso estudiantil, el servicio también es requerido en horas de la tarde y noche.
“El flujo de personas no solo se evidencia en la mañana, sino también a la hora de salida, entre las 12:30 y las 18:00, ya que la institución funciona en horarios diurno y vespertino. Si bien es cierto, en el centro no está permitido que los vehículos excedan los 50 kilómetros por hora, los niños que van solos a sus casas, más los descuidos al volante podrían causar accidentes”, dijo.
Medina señala además que en lo que va del año lectivo, no se han presentado accidentes ni atropellos en las afueras de la institución, siendo la prevención la mejor herramienta para evitar incidentes.
Otra de las instituciones del casco urbano que solicita más presencia de agentes en las cercanías es el Liceo Cevallos, ubicado entre Bolívar y Francisco Flor.
En este plantel se educan 1.856 alumnos y al igual que la anterior escuela, funciona en 2 jornadas.
Víctor Escorsa, inspector general de la institución, afirma que la presencia de vigilantes es determinante para la seguridad. “No solamente para evitar accidentes de tránsito, atropellamientos o choques; si los agentes vigilaran el orden vehicular durante las entradas y salidas de las 2 jornadas, también se reducirían los niveles de hurtos y atracos a estudiantes. Aunque de esta tarea se encarga la Policía, la figura del personal ahuyentaría a los delincuentes, que con frecuencia acechan a los alumnos para robarles, especialmente celulares”, dijo.
Según Escorsa, el trabajo de los agentes debería ampliarse para garantizar la seguridad ciudadana.
Falta de cultura vial
Julián Gómez manifiesta además que el éxito del proceso de ordenamiento vial es compartido entre todos los sectores involucrados.
“Conductores, peatones, choferes de autobuses, taxistas, ciclistas y motoristas son parte fundamental para que exista una armonía vial entre vehículos y personas. El trabajo del agente es educar, instruir y formar a la población para que no incurra en ninguna de las 92 contravenciones que establece la Ley Nacional de Tránsito y evite violar las ordenanzas locales de movilidad peatonal existentes, entre ellas no respetar el semáforo”, señaló.