Ambato logra disminuir los niveles de indigencia
La aplicación de estrategias gubernamentales, como la creación de centros para la atención de niños y niñas, adultos mayores y personas alcohólicas, ha permitido que la disminución de la indigencia en Ambato se convierta en una constante a lo largo de una década.
Alrededor de 900 personas, entre alcohólicos, ancianos y menores trabajadores, formaban parte del panorama de la mayoría de calles y avenidas de Ambato antes de ese período, según la Dirección de Desarrollo Social y Economía Solidaria del Gobierno Municipal local.
De esa cantidad, hasta la actualidad, más del 70% han sido reinsertados en la sociedad, mientras que el 20% habría fallecido y el 10% restante se encontraría en proceso de recuperación de adicciones, reinserción social y en algunos casos, internado en centros de atención especializada por algún tipo de padecimiento.
Según Homero Vega, director de Desarrollo Social y Economía Solidaria, el Cabildo tungurahuense ha creado varios proyectos desde 2006, como el programa de atención integral a niños, niñas y adolescentes “Yo soy parte de ti”, de erradicación del trabajo infantil, la Casa de la Juventud Emprendedora, el sistema de atención integral a personas alcohólicas indigentes, el centro de atención integral del Adulto Mayor, entre otros.
El funcionario mencionó que en el sistema de desarrollo social reciben atención alrededor de 360 niños, de uno a tres años de edad, en 10 centros especializados. Además, a través del proyecto “Yo soy parte de ti” se han entregado 400 becas escolares que han beneficiado a más de 280 familias de escasos recursos económicos, con la finalidad de retirar de las calles a niños, niñas, adolescentes y a familias en peligro de callejización. Esto se considera importante para evitar la mendicidad a gran escala.
En lo que concierne al trabajo infantil, 250 niños y adolescentes se han incluido en el sistema educativo formal. Estos menores cuentan con apoyo psicopedagógico para disminuir sus horas de trabajo y, con el tiempo, erradicarlo por completo, aseveró Vega.
Olga Galarza, administradora del Centro Integral del Adulto Mayor y Mendicidad, indicó que desde hace 13 años esa unidad da albergue transitorio a decenas de adultos mayores las 24 horas del día. Adicionalmente, se ofrece alojamiento permanente a las personas que no han sido reclamadas por ningún familiar luego de haber abandonado las calles.
“Las personas que no son retiradas por sus familiares pueden quedarse en el centro integral y son declaradas indigentes. Ese es el caso de Lorena Llangahua, de 108 años, quien mendigó en las calles por más de 50 años”, afirmó.
Un caso parecido es el de Teresa Morales, quien permanece en ese sitio a pesar de tener 35 años, ya que fue abandonada por sus familiares y también se la declaró indigente.
José Benítez, chofer de 43 años, señaló que hace alrededor de una década era común observar personas mendigando en sitios estratégicos de la ciudad mientras recorría el centro, pero que hoy esas escenas prácticamente ya no se producen.
No obstante, dijo también que ha observado que existe un gran número de personas que se ve por temporadas. “A veces se las ve unas semanas, luego desaparecen y dentro de un tiempo vuelven a la calle”, afirmó.
Mientras tanto, la administradora del Centro del Adulto Mayor mencionó que alrededor de siete personas no han sido reinsertadas socialmente; entre ellas, cinco que son alcohólicas.
Para esos casos se creó el centro integral para personas indigentes y alcohólicas, en el que reciben atención médica, psicológica y de desintoxicación alcohólica, con la finalidad de reinsertarlas como personas útiles a la sociedad. Esto se logra en base de convenios con instituciones antialcoholismo y de especialidades.
Mientras tanto, para actividades y capacitaciones microempresariales y de emprendimiento se creó la Casa de la Juventud Emprendedora, para lograr espacios de libre expresión, pero sobre todo para brindar herramientas a los jóvenes indigentes para su reinserción sociolaboral e integración.
De esa manera, la capital tungurahuense cuenta con espacios integrados a los que pueden acudir niños, jóvenes y adultos en situación de indigencia para recibir herramientas individuales y colectivas de ayuda.