Universitarios, empleados públicos y privados los conocen muy bien y saben de memoria precios y horarios de atención
Ambato es tierra de rincones gastronómicos
Ambato
El buen comer y la degustación de platos típicos forman parte de la cultura ambateña. Tanto al norte como al sur, centro y este de la ciudad, hay comedores y picanterías que son famosos por ofertar especialidades gastronómicas deliciosas, ancestrales, nutritivas, que satisfacen y a un precio adecuado para todo bolsillo.
Los alimentos que allí se encuentran no se limitan al ya conocido llapingacho o al pan y gallinas de Pinllo; abarcan un completo menú compuesto por productos agrícolas que se cultivan en la zona, y carne de diferente tipo de ganado criado en este territorio.
Aquí, un listado de los lugares que no pueden faltar en el recorrido gastronómico de cualquier turista, nacional de paso por la ciudad.
Tortillas de Ingahurco
En el comedor María Genoveva el principal plato son las tortillas de maíz con queso y cebolla blanca. Todo cocido en un tiesto de barro antiguo sobre leña de eucalipto, que le da un sabor ahumado y crocante. Este pequeño local está ubicado a un costado de la avenida de Las Américas y tiene más de un siglo de antigüedad.
El ponche suizo (centro)
“El que no ha probado el ponche suizo en Ambato no es de la ciudad o es un mal ambateño”. Con esta frase Vicente Jarrín, ambateño de 80 años y cliente habitual del local de postres Ponche Suizo, ubicado en las calles Sucre y Montalvo, en pleno corazón de la ciudad, se refiere a la importancia cultural e histórica que tiene este local.
Su ubicación estratégica y antigüedad le han permitido atestiguar los principales cambios en la ciudad, ya que cuenta con más de 50 años de tradición suiza.
Este postre de consistencia espumosa, color amarillo y dulce sabor, vino desde Europa de las manos del fallecido empresario pillareño Serafín Viera, quien consiguió que un chef suizo le compartiera la receta para traerla a tierras ecuatorianas.
El camión de don Mario (centro)
Cerca de la esquina de las calles Sucre y Martínez, un grupo de 30 estudiantes universitarios y funcionarios esperan el arribo de un furgón en forma de hot dog, a las 18:30.
El llamativo diseño de este automotor fue elaborado con la intención de mostrar el producto que en su interior se ofrece.
Se trata del furgón de un conocido ambateño al que todos llaman don Mario, quien hace 51 años convirtió este automotor en una cocina móvil en la que se expenden hot dogs, papas fritas y hamburguesas.
Laurita Narváez, actual dueña, dice que a diario venden alrededor de 200 perros calientes. “Mi padre, que falleció hace un par de años, fue el pionero de los locales de comida rápida que hay en la urbe”, puntualiza la comerciante.