En el cantón alausí se encuentra el atractivo más famoso del ferrocarril: la nariz del diablo
Alausí, la ciudad de los 'cinco patrimonios', es un museo viviente
Cada fin de semana, Aurio Cevallos, de 83 años, se sienta a un costado de la plaza principal de Alausí, uno de los cantones con más identidad cultural de la provincia del Chimborazo.
Disfruta la algarabía de quienes se movilizan por la bella e histórica estación del tren, donde un aciago día estuvo el general Eloy Alfaro, rumbo a la capital, ciudad en la que horas después encontraría la muerte.
Don Aurio a veces cierra los ojos y los recuerdos vuelven con solo escuchar la bocina del ferrocarril. De niño, su padre viajaba a Durán, Guayas, donde se ocupaba como jornalero en una hacienda cercana. Volvía cada 15 días sobre los rieles. Le traía dulces de panela que él anhelaba.
“Ese sonido -recuerda- me transporta en el tiempo. Antes, el tren era un medio de transporte necesario, hoy es por turismo, pero igual lo disfrutamos y a mí me causa nostalgia por los años de infancia”.
El tren llegó por primera vez a Alausí en septiembre de 1903; empezó así el cambio económico y social de este pueblo que, por su estratégica ubicación, fue punto clave de conexión entre la Costa y la Sierra.
Hoy, este mismo atractivo genera empleos directos, por la visita anual de más de 70 mil turistas. Los fines de semana se ve el desarrollo generado por la reactivación y rehabilitación del tren en Alausí. Sus calles anchas y bien señalizadas reciben a miles de personas que buscan fotografiarse en algún lugar atractivo.
Las artesanías, los hoteles, las cafeterías y los mercados se convirtieron en atractivos turísticos y espacios para distraerse. “Es muy bonito. El comercio está por todas partes y la gente local sabe aprovechar eso. Como turistas nos gusta llevar recuerdos y aquí hay de todo”, opina la quiteña, Marcia Bustos.
Hasta diciembre de 2015, Ferrocarriles del Ecuador generó en todas sus rutas 5.497 empleos estables relacionados con el turismo. El tramo Alausí-Sibambe-Huigra creó 950 empleos y 122 unidades productivas.
La ruta más buscada por los visitantes del país y del exterior es la Alausí-Sibambe, de 13,5 kilómetros de recorrido, sobre 2.800 metros de altura. Ahí está la legendaria Nariz del Diablo, montaña impresionante que cobró la vida de muchos obreros durante la construcción del ferrocarril ecuatoriano. Por eso se le conoce como ‘el tren más difícil del mundo’.
“Nuestra ciudad es bella. Cada fin de semana llega gente de todas partes; las artesanías gustan mucho”, asegura el alcalde Manuel Vargas.
La geografía de Alausí, el cantón más extenso de Chimborazo (1.644 km²), incluye valles tropicales y páramos. Sus fiestas populares, sobre todo las de San Pedro, a fines de junio, atraen a miles de personas, muchas de ellas, alauseños que viven en otras ciudades y en el exterior.
Alausí es conocida como la ciudad de los ‘cinco patrimonios’: ferroviario, cultural, natural, arqueológico y agrícola. En su jurisdicción están las 35 lagunas del sistema de Ozogoche. Cuenta con atractivos arqueológicos, como el Camino del Inca y las conchas petrificadas en Santa Rosa de Chicho Negro. Según el inventario patrimonial de 2008, Alausí posee 155 bienes entre ellos 60 casas, algunas de ellas con más de 200 años.
La notable belleza arquitectónica de Alausí es evidente al caminar por sus calles y plazas. Influenciada por su temprana conexión ferroviaria con la Costa, esta apacible población andina tuvo gran influencia árabe y barroca en sus viviendas. Alausí es una bella ciudad con mucha historia. Bien vale la pena visitarla. (I)