En esta temporada, las piscinas termales se convierten en una buena opción de entretenimiento y descanso para cientos de familias y turistas en las provincias de Chimborazo y Tungurahua.

El cantón tungurahuense Baños de Agua Santa y sus 4 balnearios municipales con piscinas termales reciben los fines de semana a cientos de turistas del Ecuador y del exterior. La temporada vacacional alta empezó y se extenderá hasta noviembre próximo, según los técnicos del Departamento de Turismo del Municipio local.

En esta ciudad funcionan las termas de La Virgen, El Salado, Santa Ana y Modernas que cuentan con horarios diurnos, vespertinos y nocturnos.

“La carretera Ambato-Pelileo-Baños-Puyo está en muy buen estado y la reactivación del volcán es un atractivo adicional para nosotros, a pesar de las lluvias”, aseguró el ibarreño Antonio Tapia.

La oferta en Chimborazo

A la par, en Chimborazo, en medio de las montañas se encuentra uno de los sitios más visitados: las aguas termales naturales de Aguallanchi a las que se les atribuyen cualidades curativas.

A solo 15 minutos del cantón Chambo está la comunidad San Francisco. Allí, los pobladores se unieron para aprovechar los recursos que les ofrece la naturaleza. Fue así que construyeron un complejo turístico al que semanalmente arriban 300 personas.

Para llegar a ese sitio, el visitante debe tomar una vía asfaltada que parte del parque Central del cantón Chambo ubicado a 10 minutos de Riobamba. Los habitantes de las comunidades colocaron letreros informativos.

Al recorrer la carretera, ya sea en bicicleta, moto o auto, se observan 4 paraderos que ofertan comida típica como choclos con queso, empanadas de viento y tilapia asada. Al final de la vía, y a mitad de un bosque frondoso, se levanta el complejo recreativo que cuenta con 4 piscinas: 2 para adultos y 2 para niños.

Las aguas naturales tienen sales minerales como el sulfato y el calcio que son apreciadas por personas que padecen artritis, mala circulación sanguínea, nervios y estrés.

El origen de las aguas

“Hemos presenciado la curación de muchas personas. Y ellas siguen viniendo aquí”, aseguró Edwin Villa, trabajador de Aguallanchi.

Aunque nadie conoce con exactitud de dónde proceden las aguas, se tienen varias hipótesis. Una de estas asegura que provienen de una ramificación del volcán Tungurahua, mientras que otros sostienen que salen del Sangay.

“Este lugar funciona como tal desde hace 15 años cuando solo había unos tanques. Nuestros padres dijeron que un día vieron cómo salía un chorro de la tierra y el agua era caliente. Con el tiempo se formó una asociación con 60 personas y ellas levantaron el complejo”, dijo Sonia Cajas, habitante de la comunidad San Francisco.

La tranquilidad del lugar y el río Timbul crean un ambiente agradable entorno a las piscinas.

En los alrededores hay potreros para caminar y acampar. Estos son parte de los bellos paisajes de la Sierra. También se organizan cabalgatas por los senderos próximos.

Mario Villa llegó desde España para visitar a sus familiares en Quito. Ellos le hablaron de las aguas termales de Aguallanchi y, sin dudar, arribó a Chambo a las 14:00.

“Me encantó este sitio que es como si estuviera escondido. Sufro de dolores de espalda y espero que se mitigue mi dolor”, señaló Villa.

El ingreso al complejo cuesta $ 1,50 por persona y el 50% para niños y adultos mayores.

La atención es de lunes a domingo, de 04:00 a 17:00. El agua corre todo el tiempo.