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Pese al visto bueno, la entidad vigilará de cerca el trabajo de cada unidad
6 camales de Tungurahua aprobó Agrocalidad
De los 7 camales que existen en Tungurahua, 6 laboran bajo las normas técnicas que exige Agrocalidad.
Tras varias inspecciones que funcionarios de esta entidad hicieron a cada una de las unidades de faenamiento, se determinó que las condiciones en las que se desposta a las reses son aceptables.
El único matadero que en la actualidad permanece cerrado por no cumplir con varios requerimientos de sanidad es el del cantón Pelileo, ubicado a 20 minutos de Ambato.
Javier Rodríguez, director de Agrocalidad en Tungurahua, explicó las razones que motivaron la suspensión de labores en el lugar.
“Con el fin de garantizar la distribución de carne bovina de excelente calidad se ordenó el cese de funciones del establecimiento. Esto debido a que el desposte no se realiza con herramientas de acero inoxidable, exigido por la normativa por su durabilidad”, dijo.
Otras de las falencias del lugar serían la falta de impermeabilidad de paredes y recámaras; la no utilización de uniformes y equipo de protección adecuada para los matarifes y la falta de higienización de los implementos con detergentes específicos.
Rodríguez enfatizó, además, que si bien el cierre es temporal, sin llegarlo a considerar una clausura, la reapertura se realizará cuando las autoridades del cantón corrijan las falencias antes mencionadas.
Centro ejemplar
De otro lado, el centro de faenamiento del cantón Baños es considerado uno de los mejores de la región. Este cuenta con todos los requerimientos para el desposte técnico de reses, entre ellos: cámaras frías, habitaciones de oreo, área de recepción y tratamiento de desechos sólidos y líquidos e ingresos exclusivos para ganado mayor y animales menores.
Lourdes Sánchez, comisaria municipal de la urbe, aseguró que la remodelación del camal inició en septiembre del año pasado.
“El establecimiento fue declarado en emergencia sanitaria en septiembre de 2014, pues no cumplía con las especificaciones higiénicas ni físicas de un centro de faenamiento autorizado. Desde esa fecha el lugar fue equipado con los implementos del caso y ahora es un ejemplo para el resto de camales de la provincia”, dijo.
La funcionaria señaló también que se prevé que el centro reabra sus puertas en 3 semanas, pues el avance de obra es del 95%.
La obra tiene un valor superior a los $ 350 mil.
Otros camales
Además de las unidades de Baños y Pelileo, en Tungurahua existen otros 5 camales autorizados. Uno de ellos es el de Ambato, ubicado en el norte de la ciudad.
Este es uno de los más grandes de la provincia, pues allí se despostan a diario entre 150 y 200 reses. El establecimiento cuenta con habitaciones frigoríficas, de reposo, almacenamiento, carga y desinfección.
También cuenta con un veterinario a tiempo completo, quien es el encargado de analizar el estado físico de los animales y la calidad del producto final.
Los otros centros de faenamiento están ubicados en los cantones Píllaro, 2 en Quero y otro en Tisaleo. Todos estos cuentan con procesadoras de desechos y con cuartos frigoríficos.
Camales clandestinos
Desde finales de 2013 hasta la fecha, en Tungurahua se han clausurado 40 camales clandestinos.
Los establecimientos fueron clausurados gracias a denuncias de vecinos, quienes alertaron a las autoridades de sanidad sobre malos olores, contaminación por restos animales y excesivo ruido al momento del desposte.
“La carne que allí se faena no tiene ninguna garantía de calidad, pues se la obtiene en lugares poco aseados, en el suelo y cerca de perros y roedores”, dijo Martina Loaiza, habitante del barrio Huachi Chico, donde el año pasado fue clausurado un camal ilegal.
Datos
Técnicos de Agrocalidad realizarán controles permanentes en los centros de faenamiento para garantizar que la calidad de la carne y el proceso de desposte sigan siendo buenos.
Uno de los camales clandestinos que Agrocalidad clausuró entre 2013 y 2015 está ubicado en el barrio Huachi Chico, al sur de Ambato. Allí los vecinos alertaron de malos olores y contaminación desmedida.
Uno de los requerimientos indispensables para el funcionamiento técnico de un camal es la presencia permanente de un veterinario. El profesional avala la calidad de la carne y vigila el proceso de desposte.
Es importante, además, que el centro cuente con una planta de tratamiento en la que se descontaminen los fluidos producidos y que las herramientas usadas en el faenamiento sean de acero inoxidable.