Desde el 13 de marzo, 119 jóvenes, de entre 22 y 28 años se incorporaron como vigilantes municipales de movilidad y se unieron al ya existente grupo de 97 elementos de orden y control vial de Ambato. En total la capital tungurahuense cuenta con 216 agentes civiles de tránsito.

El último contingente ha estado  laborando en las principales avenidas de la ciudad desde septiembre de 2013. Mientras que los nuevos agentes iniciaron sus prácticas in situ desde el 22 de diciembre de 2014, después de 3 meses de instrucción en la Escuela de Formación de Oficiales y Tropa (EFOT), de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE), en Guayaquil, y en la Escuela de Formación de Soldados, Esforse, en la capital tungurahuense.

Ellos, sin duda, son los principales protagonistas de la transferencia que el Estado hizo de las competencias de tránsito hacia la administración municipal, en cumplimiento del artículo 130 del Código Orgánico de Ordenamiento Territorial y Descentralización (Cootad).

Aunque se conoce que este no es el número definitivo de agentes civiles de tránsito de la ciudad, el actual grupo trabajará con el objetivo de mantener el orden en las principales calles ambateñas.

Luis Amoroso, alcalde de Ambato, señaló que la necesidad de un mayor control vehicular crece aceleradamente en la ciudad. “El parque automotor de la urbe se aproxima a los 80 mil vehículos, lo que implica mayores esfuerzos para mantener la armonía entre automóviles y peatones, sobre todo en el casco urbano. La colaboración de la colectividad es vital, pues el trabajo de los agentes queda invalidado si las personas pasan por alto la Ley de Tránsito y las ordenanzas municipales de movilidad”, dijo.

Refuerzo del personal

Pese a la reciente incorporación de los vigilantes, el Alcalde señaló que se prevé adiestrar y anexar a las filas de la institución a una tercera promoción de agentes. Aunque la autoridad no dio fechas ni la cifra de nuevos aspirantes que el Cabildo necesita para fortalecer el control vial, sí dejó en claro que el personal será robustecido el próximo año.

“El objetivo principal de los agentes civiles de tránsito es evitar,  en lo posible, las muertes en las calles por actitudes irresponsables de conductores y peatones. Además de  inculcar cultura vial a toda la población”, agregó.

Falta de cultura vial

La jornada laboral de los vigilantes inicia cada día a las 06:00. Un grupo de ellos se ubica en las entradas de instituciones educativas y vías cercanas para hacer respetar el límite de velocidad establecido y evitar el caos vehicular.

Maritza, vigilante de movilidad de 24 años, compara su trabajo en las avenidas con la labor de un docente. “Es evidente la falta de una cultura vial en nuestro país. Por años los conductores han irrespetado las zonas peatonales y los límites de velocidad. De igual forma la actuación de los peatones en las calles es anárquica”, dijo.

Las faltas más graves y más recurrentes de este último grupo —asegura la agente—  son cruzar por lugares no autorizados de la calzada e irrespetar los tiempos marcados por el semáforo.
En cambio, afirma, las infracciones que los choferes cometen con mayor frecuencia son el desuso del cinturón de seguridad, responder llamadas o mensajes de texto durante la conducción, circular a exceso de velocidad, inobservar las señales de tránsito como Pare, Ceda el Paso y Prohibido Girar, sobrecargar el vehículo con materiales pesados y abusar del claxon.

Según Edward Gaibor, titular de la Dirección Municipal de Tránsito, Transporte y Movilidad, los esfuerzos para superar estos inconvenientes deben hacerse en partes iguales tanto por el Cabildo como por la población.

“De nada sirve que llenemos la ciudad de radares, cámaras de vigilancia y semáforos, si no existe el compromiso del ciudadano de dar cumplimiento a la ley por lo que se seguirán cometiendo estas faltas. Estamos seguros de que si la población pusiera de parte, en pocos años contaríamos con personas respetuosas de las leyes y sobre todo de la vida”, comentó.

Gaibor manifestó, también, que la educación de los padres y maestros es vital, pues los menores aprenden más rápido si observan actitudes responsables de sus semejantes adultos.
Además de ubicarse cerca de instituciones educativas y casas asistenciales, durante el día los agentes de tránsito se sitúan en las principales vías de Ambato, por ejemplo en las avenidas Cevallos, 12 de Noviembre, Bolívar, Sucre, Indoamérica, etc.
Por la noche, de la misma manera, los patrullajes en sectores muy concurridos, como Ficoa, Miraflores y el centro de la ciudad, son frecuentes y cuentan con la colaboración de la Policía Nacional.