El clima en la Sierra centro cambió drásticamente desde el fin de semana. Los días nublados y con viento fueron reemplazados por mañanas despejadas y calurosas.

Según los técnicos del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), la temperatura en Latacunga, Riobamba y Ambato ha variado entre 9 grados centígrados (ºC) y 23 ºC o más.

Ayer, al mediodía, los ambateños tuvieron que despojarse de sacos y chompas y utilizar camisetas, blusas, gafas oscuras, bloqueadores solares y gorras.

Estas características del ambiente también influyeron para que se registraran incendios forestales. En Cotopaxi, el jefe del Cuerpo de Bomberos de Latacunga, Ángel Baño, informó que el domingo hubo 2 pequeños incendios que no causaron muertos ni heridos.

Uno ocurrió en el paradero Rosa Flor, del barrio San Silvestre, en la parroquia San Buenaventura, cuando alguien prendió fuego a un grupo de llantas.

No se han registrado muertos, heridos ni daños a inmuebles cercanos a los páramos.


1.000 m² de vegetación fueron consumidos por el fuego en Tungurahua y Cotopaxi.El otro sucedió en la parroquia 11 de Noviembre, en el desvío a Pujilí. Fue una quema de cabuyo. Ambos fueron controlados inmediatamente, aseguró Baño.

En Tungurahua, Miriam Zapata, directora (e) de la Secretaría de Gestión de Riesgos, explicó  que a través del ECU 911, se han reportado 11 incendios forestales entre el 15 y 16 de febrero.

“Los flagelos incineraron vegetación seca y bosque, sin afectar ningún cultivo o vivienda, y sin pérdidas humanas que lamentar. Los primeros reportes iniciaron el pasado sábado a partir de las 16:17 y el último se dio a las 16:00 del día siguiente”, dijo la funcionaria.

Zapata señaló, además, que el área afectada por las llamas no supera las 0,52 hectáreas, gracias a la intervención inmediata del cuerpo de bomberos de la ciudad.

“Un factor que podría influir para la aparición de estos siniestros es el intenso sol que afecta a la provincia de Tungurahua, desde hace 4 días. Sin duda, el cambio climático extremo ha provocado un ambiente caluroso y  soleado, que unido a vidrios o plásticos abandonados en zonas periféricas causan incendios incontrolables”, señaló Zapata.

Los expertos recomiendan evitar la quema de basura y vegetación seca en las cercanías de bosques y en espacio abiertos, porque estas actividades pueden provocar quemas en grandes extensiones de bosque en la región centro y lo mismo puede ocurrir cuando, luego de las excursiones, se dejan rastros de ceniza o colillas de cigarrillo mal apagadas.

Cuando se realizan  excursiones estudiantiles, un adulto debería acompañar al grupo de jóvenes para evitar malos comportamientos y actos irresponsables, tales como abandono de botellas y fogatas sin cercos de rocas o en zonas de tierra para evitar la propagación del fuego.

En otra provincia

En Chimborazo, los organismos de socorro están alerta, pues todavía se mantienen las secuelas de los siniestros de 2013.

De acuerdo con la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) ese año se produjeron 82 incendios forestales  que arrasaron con 1059,61 hectáreas. “El problema surge en sitios poco accesibles para los coches bomba. Por eso, tuvimos que contar con el apoyo de bomberos y comuneros”, señaló Hugo Merino, director provincial de la SNGR.

En 2012, en cambio, el Ministerio del Ambiente del Ecuador (MAE) reportó 2.064,04 hectáreas arrasadas por el fuego en Chimborazo, de las cuales una gran parte pertenecía al Parque Nacional Sangay y a la Reserva de Producción de Fauna Chimborazo. Para la recuperación de las zonas protegidas el MAE activó un plan de reforestación en los 10 cantones, con el apoyo de estudiantes. Germán Naranjo, jefe del Cuerpo de Bomberos de Chunchi,  indicó que la mayoría de quemas fue provocada por el hombre.

“Ahora, y frente al cambio de clima con más sol y calor,  se activó un plan de contingencia para socializar con las personas el cuidado de las zonas protegidas. Para esto, técnicos de la institución recorren diferentes lugares de la provincia para solicitar a las  personas que no dejen botellas u otros materiales inflamables escondidos en los pajonales”, aseguró Naranjo.