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Ecuador, 16 de Noviembre de 2024
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El Telégrafo
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Las autoridades instan a su uso

1.009 locales vacíos existen en plazas y mercados de Ambato

La calle Tomás Sevilla, ubicada en el casco urbano, es la más afectada por la presencia permanente de los vendedores ambulantes de ropa, calzado, etc.
La calle Tomás Sevilla, ubicada en el casco urbano, es la más afectada por la presencia permanente de los vendedores ambulantes de ropa, calzado, etc.
Foto: Roberto Chávez / El Telégrafo
09 de enero de 2017 - 00:00 - Redacción Regional Centro

El plan para la erradicación del comercio informal en Ambato, la ciudad más comercial de la Sierra centro, no se detiene. El problema se originó hace más de tres décadas y es una tarea irresuelta de administraciones municipales anteriores.

Cada lunes, miércoles y viernes, días de feria en la urbe, así como los domingos, aproximadamente 1.000 vendedores ambulantes expenden en calles del casco urbano, como la Tomás Sevilla, Cuenca y García Moreno, toda clase de mercancías.

Frente a esto dependencias del Cabildo realizan operativos para evitar la instalación de los puestos provisionales que se arman en las aceras y socializan la posibilidad de regularizar la actividad en los locales vacíos que existen en las plazas y mercados de la ciudad.

Jonathan Álvarez, director municipal de Servicios Públicos, explicó que actualmente hay más de 1.000 puestos disponibles en los centros de expendio.

“Existen 109 locales vacíos en las terrazas del Mercado Artesanal (centro de Ambato), 600 en el Mercado América (sur de la urbe), y 300 en los mercados remodelados, entre ellos el Central, Modelo y Colón. Quienes deseen ejercer el comercio en estos espacios son bienvenidos”, dijo.

La Policía Municipal realiza rondas diarias para evitar que se acumulen puestos ambulantes de ropa, utensilios de cocina, frutas, verduras, calzado, herramientas, insumos agrícolas, entre muchos otros. La aglomeración es algo que dificulta la movilidad de personas, vehículos y en muchas ocasiones ha servido de escudo para actos delincuenciales.

“Los ladrones aprovechan la gran cantidad de productos y gente para arranchar carteras, billeteras y aretes a los transeúntes. Además luego de cada feria la cantidad de basura que queda en las calles es impresionante”, aseguró Lorena Bastidas, habitante del barrio Colón.

Cada lunes los agentes de policía municipal evitan usar la fuerza durante los operativos de control. No obstante han sido objeto de agresiones por parte de los informales, en más de una ocasión. (I)

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