Situada entre Tonchigüe y Punta Galera, Playa Escondida es un refugio ecológico de más 100 hectáreas. Ubicada a casi 14 kilómetros de la ciudad de Esmeraldas, este paraje tropical es una pequeña bahía escondida en la desembocadura del río Malpelo.

Hay varios senderos que conducen hacia este balneario que destaca por su mar de color azul intenso. Su paisaje está formado por acantilados bajos que rodean la playa, los cuales poseen un bosque seco tropical. Se trata de una playa rocosa. De hecho, cuando baja la marea se forman lagunas costeras ricas en vida marina.

La playa tiene afloraciones rocosas en toda su extensión. Debido a la tranquilidad de la playa, podrá desconectarse de todo y hasta terminar el libro que hace rato no lee. En este lugar se pueden observar gaviotas, fragatas, pelícanos, playeros y cangrejos. Muchos aficionados a la práctica del surf suelen frecuentar esta playa para poner a prueba sus habilidades.

El encanto de este sitio es su condición de refugio. La playa tiene 460 metros de largo y 250 metros de ancho. Cuando baja la marea se puede caminar al pie de estos acantilados y encontrar cuevas que el mar formó durante siglos por el golpe constante de sus olas.

En los alrededores hay una enorme plataforma rocosa que origina charcos en los cuales se pueden observar erizos, caracoles, cangrejos y, a veces, peces de colores, atrapados hasta que la marea suba nuevamente y los libere. En las orillas del río Malpelo crecen algunos árboles que esconden a las iguanas —algunas más grandes que un gato. El bosque tiene una extensión de casi 15 hectáreas desde la playa hasta la carretera.

Para llegar a esta playa hay que dirigirse a Esmeraldas en avión o por vía terrestre. Después se puede seguir la ruta Atacames, Súa, Tonchigüe y Punta Galera. A 12 kilómetros de la carretera Tonchigüe-Punta Galera, hay un rótulo que señala el ingreso a este balneario.