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La cascada de San Rafael, un tesoro amazónico
En el límite entre Napo y Sucumbíos, en el camino hacia Nueva Loja, se encuentra esta cascada que tiene una caída de más de 150 metros. Tiene, además, una altura de 146 metros, por lo que es considerada como una de las más altas de Ecuador. Para llegar a este destino, hay que tomar la vía Quito-Nueva Loja. Después hay que caminar alrededor de 20 minutos desde la carretera hasta la cascada.
Los visitantes también encontrarán un sendero hacia un mirador donde es posible observar el impresionante salto de agua. El líquido es transparente y nace en las confluencias de los ríos Quijos y el Salado. En la actualidad, forma parte de la reserva de biósfera Sumaco, declarada así por la Organización de las Naciones Unidad para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) el 10 de noviembre de 2000.
Es, además, una zona de alta diversidad biológica; en los alrededores hay diferentes especies de flora y fauna, característica que la ha convertido en un referente del ecoturismo.
Para quienes viajan en bus interprovincial es recomendable quedarse en el Puente del Río Reventador, en la entrada del campamento (rótulo límite provincia Napo y Sucumbíos). Desde la vía interoceánica hay también un desvío que conduce hasta el mirador natural de la cascada, desde donde podrá apreciarla de mejor manera y tomar fotografías.
En la actualidad, es considerada una de las 10 cascadas más hermosas del mundo. En esta zona, es posible observar gran variedad de aves, como el gallito de la peña. No es fácil observar a esta especie, porque suele estar escondida entre los árboles y sus nidos se construyen en sitios inaccesibles. Además, estas salen en horas determinadas del día, generalmente antes del amanecer y hasta media mañana. El gallo de la peña llama la atención por su curioso ritual de apareamiento.