El cóndor, una especie frágil
Coya’ y ‘Tarishka’ han encontrado el amor y, como son genéticamente compatibles, podrán formar una familia renovada. Ellos son una de las 3 parejas de cóndores que anidan en un páramo de la hacienda Zuleta, dentro del proyecto de recuperación del cóndor andino, ‘Cóndor Huasi’ (La casa del cóndor).
El cóndor es el ave voladora más grande del mundo. Solo ciertas especies de albatros o pelícanos pueden superar los 3 metros de envergadura de un cóndor macho. Pueden volar hasta los 5 mil metros de altura y recorrer un gran territorio en sus incursiones para buscar alimento. Su característica cabeza y cuello sin plumas, que facilita la limpieza después de alimentarse de carne en descomposición, está coronada, en el caso de los machos, con una cresta que nunca es similar de un individuo a otro y constituye su huella digital.
Tienen un pico alargado y de bordes cortantes para desgarrar el alimento, y ojos en los costados que le dan amplitud visual para identificar animales muertos a gran distancia. A pesar de la creencia popular, sus patas no son garras. Son grandes, pero se parecen biológicamente más a las de un pollo, que a las de un águila. La leyenda de que el cóndor puede agarrar a un animal doméstico o un niño, y levantar el vuelo, no es más que una fábula, que muchas veces ha servido de excusa para matarlos.
Esta ave mítica de las culturas andinas, que ha sido considerada la encargada de unir el cielo y la tierra, y de elevar el espíritu de los muertos hacia el cielo, está en estado crítico de supervivencia, y corre el riesgo de quedar en el recuerdo, o como símbolo en el escudo del Ecuador. La falta de alimento, la presión de la frontera agrícola y la cacería son los problemas que enfrenta.
Yann Potaufeu, biólogo de la Fundación Galo Plaza Lasso, y responsable de los cuidados de los 8 cóndores que habitan en Zuleta, asegura que se han encontrado especies heridas hasta con 50 perdigones.
Para este experto francés, el cóndor es frágil porque es una especie monógama que inicia su madurez reproductiva a los 8 años, y pone un solo huevo cada 2.
La posibilidad de descendencia es baja. El cóndor puede alcanzar hasta los 60 años de vida en forma silvestre, y se tiene constancia de ejemplares que han sobrevivido más de 70 años en cautiverio, con los debidos cuidados. Pero no todos los huevos tienen éxito para repoblar la especie. A esta debilidad reproductiva, hay que sumarle que al ser un ave carroñera, muchas veces ingiere plomo o carne contaminada, y muere por eso.
Se han contabilizado 60 ejemplares silvestres en todo el Ecuador, y se está intentando que los que están en cautiverio, demasiado acostumbrados y dependientes de los humanos, sirvan de reproductores, para obtener polluelos que sean liberados. Se trabaja en este objetivo desde 1995 en Zuleta.
Al lugar han llegado 2 nuevos ejemplares procedentes del zoológico de Guayllabamba, ‘Huayra’ y ‘Killary’, gracias a la colaboración del ‘Proyecto Cóndor’. Se aspira a que estos cóndores, con menos tiempo en cautiverio, puedan ser readaptados. Llevan un control y cuidados precisos. Se les alimenta 3 veces por semana. Cada una come un kilo y medio de carne de borrego, conejo o res. Poco a poco se les reduce la comida, para que puedan alimentarse ellos mismos. Esta liberación controlada servirá para investigar algunos hábitos, ubicar nidos, comederos de las aves, disponibilidad de comida y otros factores, que permitan una mejor protección. Existen menos de 50 cóndores en estado silvestre.
‘Coya’ y ‘Tarishca’ afianzan su vida de pareja en espera de descendencia. Reciben ocasionalmente visitas de cóndores silvestres, que se posan cerca, como un presagio de que hay una oportunidad para que levanten el vuelo.
Características
- Los machos adultos pesan alrededor de 15 kilos y miden 140 cm de altura. El cuello y la cabeza no tienen plumas y está coronada de una cresta. Su color es negro, pero tienen un collar blanco.
- Las hembras pesan 11 kilos y alcanzan hasta los 120 cm de altura. No tienen cresta. En el resto son similares.
- Es un ave monógama. Cada pareja pone un solo huevo cada 2 años, que tarda en eclosionar entre 54 y 65 días.
- La cría adquiere su independencia a los 18 meses y alcanza la madurez sexual los 8 años.
- Su dieta está constituida por carne de animales muertos o en agonía. Prefieren hallar su alimento en áreas abiertas y altas, para volar con facilidad.
- La población principal se encuentra en las provincias de Imbabura, Pichincha, Napo, Cotopaxi y Carchi.