Una cuadrilla de obreros municipales trabajaba alrededor de las 10:00 de este lunes 18 de junio dentro del viaducto que corre debajo del bulevar 24 de Mayo, en el centro de Quito.

Cuatro horas antes fue abierto el paso de vehículos por la estructura, tras estar cerrado un año por los trabajos del Metro.

Los trabajadores limpiaron el piso del paso subterráneo, que conecta los sectores San Roque (occidente) y El Cumandá (oriente), que es una ruta de descongestión de las avenidas Mariscal Sucre y Pichincha.

Ernesto Ponce, conductor de taxi hace 27 años, recibió complacido la noticia de la reapertura.

“Ya era tiempo. Escuché que habilitaron el paso antes de lo planificado (seis meses), pero igual es necesario el viaducto. Si uno venía del norte o del sur por la “Occidental” (Mariscal Sucre), tenía que obligadamente tomar la ruta Miraflores-Av. Patria (en el primer caso) o si no entrar al centro o dirigirse por la Av. Napo (en el segundo) para llegar a la zona El Trébol”.

Aquello aumentaba el tiempo de viaje, según Ponce.

Además, por la acumulación de vehículos en la Mariscal Sucre incrementaba de 15 a 20 minutos la circulación por el tramo que va desde el cementerio de San Diego hasta Miraflores y viceversa en las horas pico mientras duró el cierre.

Tobías Collaguazo, dueño de una camioneta de alquiler, coincidió con la esperanza de que la apertura de la conexión subterránea descongestione la circulación por las vías que cruzan de norte a sur por esa zona de la capital.

Collaguazo, sin embargo, criticó que la limpieza del viaducto no se hubiera hecho antes. También le llamó la atención que el Municipio no hubiese aprovechado el cierre para dar mantenimiento a la estructura subterránea.

“Yo paso dos veces por el viaducto y veo que limpian y han bacheado las entradas. Pero las paredes están sucias y los ventiladores siguen faltando o, simplemente, no funcionan”.

Trabajos del Metro continúan
El cruce por el paso subterráneo estuvo bloqueado mientras se construía la galería de acceso desde el bulevar 24 de Mayo hasta la Estación San Francisco, que se edifica bajo la plaza del mismo nombre.

La intervención contempló la ampliación y adecuación del viaducto para habilitar zonas de embarque y desembarque de pasajeros de buses, quienes podrán conectarse por vía subterránea (bajo la calle Cuenca) a la mencionada estación.

Para recorrer la distancia entre un punto y otro, los usuarios del Metro tendrán a su disposición bandas eléctricas móviles similares a las que se usan en los aeropuertos grandes. Así dijo el alcalde Mauricio Rodas en una visita a San Francisco.

La obra civil (sin acabados) de la estación fue concluida y la de San Francisco es una de las 13 estaciones en donde terminó esta fase de la obra.

Faltan concluir los trabajos, necesarios para el paso de las tuneladoras que se utilizan en la construcción de la vía subterránea, en otras dos paradas del sistema subterráneo de transporte.

El jueves pasado, la tuneladora bautizada como “La Carolina” concluyó su trabajo de excavación tras llegar a 200 metros de la estación Quitumbe (sur), luego de recorrer 3,4 kilómetros desde la parada Solanda.

En forma simultánea  trabajan las tuneladoras “La Guaragua”, que avanza desde el norte, y “Luz de América”, del sur.

El Metro de Quito ha avanzado el  67% y se trabaja en 73 frentes de la obra. Hasta el momento se edificaron 14,3 kilómetros (km) de un total de 19 km que serán excavados con tuneladoras.

Los 22 kilómetros de la vía corresponden a tramos que serán construidos con técnicas tradicionales o forman parte de las estaciones de la Línea 1.

El sistema de movilidad operará desde la segunda parte de 2019. (I)