Quito-Tulcán.-

Las protestas desarrolladas por los comerciantes formales de la capital hace un mes y medio, en contra de la proliferación de vendedores no regularizados en las calles, sobre todo en época navideña, parecería que han dado resultados.

El 3 de noviembre los ocupantes del Mercado de Santa Clara (en el centro-norte de Quito) sacaron sus productos a las aceras de las calles Versalles y Mercadillo, a manera de reclamo por la ocupación de esos espacios públicos de parte de personas que expenden productos similares a los suyos a menores precios y sin ningún tipo de regulación.

En tanto que el 1 de diciembre los dueños de locales del Centro de Comerciantes de Negocios Andinos, ubicado sobre la av. Maldonado (en el sur) realizaron una manifestación en la que también exigían que se impida la presencia de trabajadores autónomos en las cercanías de ese espacio, acusando a esas personas de hacerles competencia desleal.

Tras ello, según el director de la Agencia de Control Distrital de Comercio, Marco Murillo, se emitió una disposición que prohíbe la concesión de permisos en los alrededores de los lugares de venta consolidados. 

Según el funcionario, se habrían reforzado los controles en las vías capitalinas por parte de los miembros de la Policía Metropolitana contra la informalidad.

Esa sería la causa principal de que las ventas ambulantes que normalmente proliferan en la ciudad en esta época del año, sean menores a ocasiones anteriores.

Hoy los comerciantes irregulares recorren la ciudad con un ojo puesto en los potenciales clientes y otro en los policías municipales que patrullan por las calles. Y en cuanto ven algún uniformado, toman sus cosas y se retiran de la zona.

Martha Cacho, quien se dedica a la venta de gorros navideños y papel de regalo en la zona comercial y financiera de la urbe, asegura no estar conforme con la situación y reclama su derecho a ganarse la vida. Sin embargo, dice que no le queda otra que resignarse “y vender lo que se pueda al vuelo”.

Vigilancia en puente fronterizo

Debido a la temporada, se prevé que exista un mayor flujo de personas por el viaducto internacional en la frontera ecuatoriano-colombiana.

La Unidad de Vigilancia Aduanera (UVA), instalada en las inmediaciones del puente Rumichaca, realizará controles en el ingreso y salida de mercaderías.

Luis Ontaneda, jefe de esa dependencia, anunció que 47 efectivos laborarán en el chequeo de las personas. Además, para agilizar los trámites en las ventanillas de aduana, se incrementaría el personal en el área administrativa, incluso quienes hacen uso de la canasta transfronteriza tienen una ventanilla propia. De igual forma para evitar el ingreso al país de mercancías por pasos no habilitados o considerados informales, personal militar brindará apoyo a los aduaneros.  

La Brigada 31 Andes dispuso el despliegue de 145 uniformados para las tareas de control en pasos fronterizos.

No obstante para coordinar la entrada y salida de cientos de turistas, el puesto de control migratorio de Rumichaca también activó su plan de contingencia con la habilitación de 10 counters (ventanillas) y 5 oficinas para la atención a los usuarios nacionales y extranjeros.

Nelly Reina, de la Unidad de Migración en Rumichaca, sostuvo que esta temporada es considerada alta, por lo tanto el personal se encuentra listo para atender en los puntos de control legalizados. (I)

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Policías vigilan la vía pública

En Riobamba abrieron zonas para artesanos

Las medidas que adoptó el Municipio de Riobamba para evitar la presencia de comerciantes informales en las principales vías y parterres de la ciudad, durante estas festividades, hasta el momento dan resultado. En las calles 10 de Agosto, Guayaquil y Primera Constituyente no sobrepasan de dos o tres personas quienes ofertan sus productos. Lo que sí es evidente es la presencia de la Policía municipal.

Aunque tienen prohibido decomisar la mercadería, los uniformados advierten a los mercaderes que no pueden estar en el Centro Histórico. Algunos se retiran y regresan en pocos minutos, mientras que otros prefieren asentarse en otros sitios. Para evitar que estas personas se tomen las calles y las aceras del centro, la Dirección de Seguridad, Control y Vigilancia de la Municipalidad abrió nuevos espacios para que se oferten sus productos y promociones.

Por ejemplo, se acopló el pasillo del ingreso al museo de Riobamba, ubicado en las calles 5 de Junio y Primera Constituyente, para que decenas de artesanos presenten sus artículos navideños. “Tenemos varias ferias en diferentes sectores del centro, con el fin de evitar que salgan a las calles, incluso hemos adaptado nuevos puestos en los mercados para que ingresen de forma legal a venderlos”, manifestó Ramiro Espinoza, director de Seguridad y Vigilancia.

Asimismo se permitió que por un fin de semana los almacenes que tienen sus negocios en el centro saquen sus promociones de ropa y bisutería a la acera aledaña a su local. Para los comerciantes del mercado La Merced este tipo de medidas les beneficia, ya que no tienen competencia desleal. (I)