Unas 1.400 tapas y rejillas de alcantarillas las roban al año
El robo de las tapas y rejillas que son parte del sistema de alcantarillado, en lugar de parar se incrementa. El barrio la Independencia, el Beaterio, la Ecuatoriana, Guamaní en el sur y Calderón, Carapungo, Carcelén Pisulí, La Roldós, La Mena del Hierro en el norte son los puntos críticos donde se las sustraen con frecuencia.
En la entrada al barrio la Independencia, en el sector de la ciudadela Ibarra, la sorpresa para los moradores fue que la alcantarilla de la calle principal, de cinco metros de largo, amaneció ayer sin rejillas, lo que obstaculiza la movilidad para vehículos y peatones, en especial para los buses del transporte público que sirve a esta zona.
Luis Humberto Cajamarca vive 66 años en esta zona. Él confirma que se sustraen las tapas para luego venderlas a bajos costos. “No se imaginan el daño que hacen a la ciudad cuando por falta de tapas se ensucian y dañan las alcantarillas”.
Gonzálo Cáceres, morador del sector de Carcelén, contó que en la entrada faltan 6 tapas de alcantarillas. Mencionó además que como barrio organizado varias veces han visto la necesidad de presentar denuncias, pero no sabemos ante quién hacerlas.
Según Leoncio Galarza, jefe de operaciones de la Empresa Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Emaps), los trabajo de reposiciones de cubiertas de alcantarillas son constantes, pero las denuncias por este delito no paran.
En el 2011 la Emaps invirtió 280 mil dólares en la reposición de accesorios de alcantarillas. Así cada mes se reponen 200 tapas por robo o deterioro, que dan un total de 1.400 al año. Cada tapa pesa en promedio 85 kilos, por lo que se necesita de varias personas para sustraer estos materiales.
Agregó que una tapa nueva cuesta 120 dólares y el anillo donde se asienta cerca de 70, por lo que cada robo representa 200 dólares. "Quienes las roban, las venden en varias fundidoras clandestinas en la ciudad, por un precio máximo de $ 20", dijo Galarza.
Para reducir los robos, el proyecto planteado para este año es elaborar las tapas de alcantarilla con hierro dúctil o nodular, para mayor seguridad, debido a que este material es menos atractivo para los delincuentes, porque al tratar de ser fundido, tendría que ser cortado y solo se lo podría hacer a altísimas temperaturas y en un horno especial que aun no se maneja en la ciudad.
Otra opción que estudia la Emaps es ubicar en las avenidas de la urbe tapas de alcantarilla hechas de hormigón acrílico. Está en proceso el estudio para determinar las primeras zonas donde se hará la colocación de rejillas con los nuevos materiales.
El alcalde de la ciudad (e), Jorge Albán, indicó que es necesario mejorar la vigilancia y pedir a los contratistas que pongan mayores seguridades en la instalación de estos accesorios.
“Parte de la solución está en mejorar la vigilancia en los barrios que son más vulnerables a estos atentados contra la propiedad pública. Se pedirá la colaboración de la policía para que sancione estos delitos en la ciudad”, aseveró.
Ante esta falta, los sifones y alcantarillas se llenan con basura de todo tipo y, posteriormente, se tapan por la cantidad de material en su interior. De esta manera, se obstruyen y no cumplen con su papel de evacuar las aguas lluvias.
Las tapas de hormigón acrílico serán puestas a prueba en barrios periféricos en la capital para comprobar su resistencia. En caso de que pasen las pruebas, los cambios iniciarán en los próximos meses.