La familia que habitaba la vivienda que el jueves en la tarde colapsó debido a fallas estructurales, permanece en un albergue, así lo indicó Marisol Ayala, directora encargada de la Administración Zonal Eloy Alfaro.

Las dos víctimas que fallecieron, eran obreros que trabajaban junto a la vivienda en un terreno donde se pretendía levantar un muro de contención. Remigio Meneses de 63 años, y Christian Masabanda de 17, se encontraban subidos en un andamio que no tenía las seguridades necesarias, además la casa no estaba bien apuntalada, así lo indicó el mayor Raúl Parra, director de la Unidad de Siniestros del cuerpo de Bomberos.

La vivienda que ya tenía problemas estructurales y se encontraba a 7 metros de la calle, se derrumbó, en la parte lateral, por lo que dos toneladas de tierra, se desmoronaron y sepultaron a los dos trabajadores.

Bomberos utilizaron dos retroexcavadoras para recuperar a las víctimas que quedaron sepultadas.Juan Carlos Paredes, comisario de las Laderas, señaló que el dueño del terreno donde ocurrió el colapso, estuvo presente durante el rescate, y posteriormente será llamado a la Fiscalía para rendir su versión. Sin embargo, Paredes aclaró que la construcción tenía todos los permisos necesarios.

Las autoridades señalaron que el Municipio tiene un plan de siniestros, con el cual se corre con los gastos funerarios de las personas que fallecen y cuya situación económica esta en la línea de pobreza.

Aunque las viviendas construidas en el sector de Cochapamba son de cemento, se encuentran levantadas sobre pendientes, lo que aumenta el riesgo de derrumbes.

La tarde del jueves, representantes del municipio tramitaron los permisos para proceder a la demolición del resto de la vivienda colapsada, para evitar que ocurran más desgracias. Momentáneamente, la construcción también fue suspendida.

Unos metros más abajo de la casa afectada, se encuentra otra vivienda apuntalada, pues de la misma manera está situada en un borde que puede colapsar, señalaron las autoridades de la administración zonal.  

Un total de 15 bomberos, dos equipos de la Cruz Roja, y miembros de la Policía, tardaron dos horas en recuperar los cuerpos, que luego fueron llevados hasta la morgue. Ayer, sus restos fueron velados en el barrio de Cochapamba, en el norte de  la ciudad.