Un toronjal de 6,5 metros de altura fue trasladado desde su hogar original, en el barrio La Carolina, hasta el Jardín Botánico de Quito. El colectivo El Árbol en Movimiento, liderado por Daniela Moreno Wray, generó esta iniciativa y buscó el apoyo del Municipio capitalino para cumplir su objetivo.

El árbol estaba ubicado desde hace décadas en el patio de una casa, que está a punto de ser demolida y que pertenecía a la familia de Moreno Wray. “Pensé en todo lo que se perdería si dejábamos que el árbol se tale. Así nació El Árbol en Movimiento que es "un acto político, poético y artístico, y es planteada como una iniciativa ciudadana y colectiva”, explicó la organizadora.

La iniciativa cobró vida hace tres meses. El colectivo tomó contacto con la Secretaría de Ambiente del Municipio de Quito para desarrollar una estrategia que permitiera desplazar al toronjal sin que se vulneren sus raíces. “La idea era respetar, durante todo el proceso, la integridad del árbol y preservarlo”, afirmó la organizadora.

Este mediodía, decenas de personas se dieron encuentro en la casa de la calle Guayanas (norte de Quito) para acompañar el viaje del árbol hasta su nuevo hogar. Un equipo de la Secretaría se hizo cargo de la logística del traslado.

“El proceso que hemos utilizado es limpiar las raíces con aire supersónico. Esto ha provocado que toda la tierra alrededor de las raíces se libere. Pudimos conservar intactas las raíces pequeñas, que son las que proveen de alimento al árbol”, explicó Sofía Paredes, directora de Áreas Naturales del Municipio de Quito.

El árbol, cuyo peso ronda entre las 6 toneladas, fue levantado del suelo con una grúa y colocado sobre una plataforma que lo trasladó hasta el Jardín Botánico, ubicado en el Parque de La Carolina, atravesando las avenidas República, Eloy Alfaro, y Shyris, hasta llegar a su destino final.

Los organizadores y un grupo de simpatizantes acompañó el viaje del toronjal hasta su nuevo hogar, y expresaron su alegría a través de canciones, con la que celebraron la vida del árbol. Un grupo de percusionistas musicalizó la comparsa.

“El desarrollo de una ciudad no debe estar enfrentado a la idea de convivir con la naturaleza, y esto es posible solamente en minga, en conjunto, no como una acción individual”, sostuvo Moreno.