Al nororiente de la ciudad, los barrios San Vicente, Ana María y La Florida Alta han unido sus esfuerzos  para implementar una Unidad de Policía Comunitaria (UPC) que les brinde seguridad y protección.

Por gestión propia cuentan con el terreno  en un extremo del parque, junto a la calle Gonzalo Valdiviezo, y  hace diez años iniciaron las gestiones para la construcción de la UPC, dijo el dirigente  Mario Rivera.

En el sector funcionan varias empresas comerciales, unidades educativas y la afluencia de personas es continua diariamente, lo que ha atraído a la delincuencia.

Según Silvia Guadir, presidenta del barrio  San Vicente, la construcción de la unidad policial es primordial, debido a que ya en varias casas del sector han   robado, mientras que los transeúntes son víctimas de asalto en las noches.

El  patrullaje que realizan en el sector es una colaboración del UPC del barrio la Pulida que se encuentra a  500 metros, pero por la geografía urbana es difícil atender los auxilios de inmediato.   La ronda que efectúan los uniformados  no es suficiente: Allí aún no se logra controlar la delincuencia, a lo que se suma   el deficiente alumbrado público.

La    teniente Mirian Son, jefa de la UPC de la Pulida, explicó que ocho policías y dos vehículos se destinan para patrullar a los ocho barrios y, además, se presta ayuda a los moradores de San Vicente.

“La necesidad de un UPC para estos barrios es urgente, debido a que cuando requieren auxilio los  uniformados llegan hasta 30 minutos tarde por el tráfico y la situación geográfica de la zona. 

El  servicio no es el más óptimo. En la noche solo un patrullero atiende a los ocho barrios ”, dijo.

Para los moradores, la presencia de un UPC ayudaría a que no lleguen personas indeseables hasta el sector y las personas  puedan transitar con seguridad.

Los habitantes de estos tres barrios esperan respuestas a su pedido del Municipio Metropolitano y de la Policía Nacional.