Desde las 04:00, 120 furgonetas cerraron la avenida Simón Bolívar, a la altura del túnel Guayasamín. Los transportes pertenecen a las cooperativas Granados, Periféricas, Cumbayá y Metrotrans, que operan ilegalmente en las rutas desde Chillogallo, en el sur, hasta Cumbayá, en el norte; y de Carapungo, al norte de Quito, hasta el Redondel del Ciclista. Todas exigen la legalización.

Los transportistas solicitaron a las autoridades de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (EPMMOP), que les permitan circular por la avenida Simón Bolívar de manera legal. “Todos nos fusionamos para que las autoridades nos den oído”, dijo Oswaldo Morales, dirigente.

El cierre de la vía causó congestión vehicular hasta las 09:00, cuando fueron despejados con un contingente de 200 policías.

Representantes de las cooperativas de transporte se reunieron con Armando Sánchez, gerente de Gestión de Movilidad del Municipio. Los transportistas amenazaron con volverse a tomar la avenida si no se llegaba a un acuerdo en la reunión.

A las 11:00 se terminó la junta, en que el único acuerdo al que llegaron los representantes del Municipio y los transportistas fue empezar con una serie de reuniones para buscar una solución al conflicto que, según las autoridades, no es posible legalizar, puesto que va en contra de una ordenanza que prohíbe la creación de nuevas empresas de transporte en la capital.

Además, el funcionario advirtió que si vuelven a cerrar las vías, los vehículos y los choferes serán detenidos por la Policía.

En la ruta que va por la avenida Simón Bolívar desde Cumbayá hacia Guajaló y Chillogallo, en el sur, actualmente operan las compañías de transporte público Sotranor y Cosibo.

Según los transportistas ilegales, no existe ningún transporte público que realice sus rutas, por eso decidieron conformar las compañías y dar un “buen servicio” a la comunidad. Añadieron que ellos cuentan con las firmas de respaldo de los usuarios.

Para Silvia Rivera, usuaria de las furgonetas, “el servicio que prestan es bueno y rápido” ya que es muy lejos ir de  Carapungo a Chillogallo, a donde ella se traslada cada fin de semana. Además, no existen otros transportes  en esa ruta, añadió.