Algunos transeúntes solicitaron que se retiraran las imágenes, otros dicen que es la mejor manera de mostrar una realidad
Sucede cuando callamos, una exposición fotográfica que tocó susceptibilidades
El pasado 23 de septiembre se inauguró en el bulevar de la av. Naciones Unidas la exposición Sucede cuando callamos: 29 fotografías para denunciar la violencia en contra de la mujer.
“Me parece que la exposición es muy cruda, lo cual está bien”, comentó Daysi Durán (29 años) después de detenerse a observar las imágenes y leer los pequeños textos que las acompañan. Dijo estar de acuerdo con que se muestren las fotografías de mujeres agredidas, los lugares donde estos actos sucedieron y sus testimonios para que la gente haga conciencia de lo que sucede en la sociedad.
“Así como la violencia contra la mujer es cruda, la sociedad tiene que ver cómo son esos actos sin tapujos, sin un velo que cubra los ojos de nadie”, agregó.
Con ella coincidió Gabriel Ortiz (22 años), otro transeúnte que pasaba por la avenida. Aunque menos indignado que Daysi —quizá por su género—, comentó que está de acuerdo con que se exponga la realidad tal como es para generar conciencia en la gente.
“Con este tipo de iniciativas se puede erradicar la violencia de género porque la gente ve la realidad y así tratará de cambiarla” dijo.
En el otro lado, Victoria Muñiz (49 años) comentó sobre las imágenes que “hay otra forma de hacer propaganda, porque si ellos insultan a la mujer no debemos recordarlo y exponerlo”. Ella se mostró indignada, no por la realidad que se muestra, sino por exponerla y dejarla a la vista de grandes y chicos.
“Si pasa un joven que está recién buscando su identidad, y ve eso, esas palabras horribles van a quedar sembradas en su mente”, afirmó a la vez que exigió que se retiraran inmediatamente las fotografías.
Para Muñiz, existen otras maneras de tratar la violencia de género y una de ellas es exponer soluciones a la problemática. “Una imagen de un esposo regalando flores a su esposa es mejor que ver a una mujer lastimada. Hombres caballeros, hombres que aman a una sola mujer y la tienen feliz. Pero eso, por favor quítenla ya (la muestra fotográfica)” agregó.
Frente a ese tipo de comentarios, la antropóloga María Amelia Viteri señaló que es una lectura errada pues en la violencia “no hay nada positivo”.
“Si estás hablando de violencia de género, (las imágenes) tienen que ser ‘crudas’. Lo único que están haciendo las imágenes es devolviéndote una realidad cotidiana” comentó Viteri mientras explicaba que una buena parte de las prácticas, por ejemplo, de acoso callejero empiezan en la juventud.
De ahí que considera que los jóvenes en formación son los que más necesitan reflexionar sobre sus actos y sobre estas temáticas.
Para Dayana Rivera, artista plástica, la exposición es muy potente en contenido estético y conceptual. “Es fuerte ver un paraje desolado donde sabes que ha ocurrido un homicidio, un feminicidio. No es la imagen sangrante pero es la cicatriz que te lleva a pensar la huella que deja en ese cuerpo y en esa memoria”, comentó.
Según Rivera, es pertinente que se hable de ese tema cotidiano. “Es real que estamos siendo violentadas y nadie puede negarlo. Estas palabras y estas imágenes dan cuenta de ello. Si no somos capaces de hablar al respecto es como ignorar completamente la temática”, dijo.
Sucede cuando callamos es una muestra fotográfica que forma parte de Fluz, fotografía y luz, un proyecto de la Secretaría Metropolitana de Cultura de intervención artística urbana y arte público.
Su objetivo es representar y destacar distintas situaciones desde una perspectiva artística, generando una producción visual contemporánea sobre la ciudad.
Según Pablo Corral, Secretario Metropolitano de Cultura, uno de los ejes de su gestión es la ocupación del espacio público. Corral, fotógrafo de profesión, mira a esa forma de expresión no solo como arte, sino también como un instrumento de cambio social.
Yolanda Escobar, productora del proyecto Fluz, comentó que los fotógrafos participantes de Sucede cuando callamos no querían hacer crónica roja, sino mostrar una realidad. Uno de los parámetros para las imágenes —explicó— fue no revictimizar a las mujeres que han atravesado esta problemática.
“El problema está aquí, a la vuelta de la esquina, en la puerta de en frente, y hay que darlo a conocer. No estamos haciendo otra cosa que documentar, porque aquí nada es ficción, todo es real”, aseguró la productora.
Dijo que no se retiró ninguna imagen de la exposición. Sin embargo, una que mostraba a un hombre tocándose los genitales en el trolebús causó “furor” porque —comentó— tal vez no estaba bien explicado el contexto de la imagen. Es así que se retiró el cubo completo, que contenía 3 imágenes y un espejo, y se reimprimió la imagen con un texto y se la exhibió otra vez.
Según información de la exposición, 7 de cada 10 mujeres en Pichincha son víctimas de violencia. El 54% son víctimas de violencia psicológica, el 38% de violencia física y el 26% de violencia sexual.
La artista plástica aseguró que esta es una muestra que genera debate, ya que para algunas personas puede ser reveladora de una realidad de la que no están conscientes. “El reto como ciudadanos es no quedarnos en la superficie de hablar sobre la imagen, sino sobre el hecho que está detrás de esta imagen. Es algo que nos concierne a todos y la única manera que podemos cambiar a esta ciudad para bien es que nos atrevamos a topar estos temas”.
No obstante, Elena Cedeño (50) dijo no estar de acuerdo con la exposición porque lo que hace “es darle ideas a la gente sin valores para que las imiten”.
Pero para Viteri, las imágenes están hechas para que las personas reflexionen sobre lo que pasa cotidianamente en la ciudad. “Si reconozco esa violencia, puedo hacer algo para cambiarla” señaló. (I)