El pintor ecuatoriano Carlos Veloz murió la madrugada de ayer, después del lanzamiento del libro “Quito Patrimonio de la Humanidad”, ilustrado con 101 acuarelas de su autoría.

El evento de lanzamiento de su libro se realizó el pasado jueves en el Centro Cultural Metropolitano, pero el pintor no acudió.

Su hijo, Esteban Veloz, lo representó y recibió el reconocimiento, tras explicar que la inasistencia de su padre se debía a que se encontraba delicado de salud. Horas después se conoció del deceso del pintor.

Los restos del artista son velados en el Cementerio de El Batán (avenida Eloy Alfaro y Río Coca), en el norte de la capital.

Durante la presentación de la publicación, la directora ejecutiva del Instituto Metropolitano de Patrimonio, Ana María Armijos, destacó la importancia del libro como “un hermoso regalo para todos los quiteños, un homenaje al pintor y a sus habitantes que seguimos luchando porque el imaginario de la capital se transforme pero no se pierda”, dijo.

“Es un registro único de los paisajes y rincones quiteños plasmados a través del ojo de mi padre. Desde muy pequeño miré ese gran amor y pasión que entregaba en cada una de sus pinturas y espero que ustedes las disfruten tanto como mi papá disfrutó haciéndolas”, manifestó Esteban.