Al anochecer del martes, Diego Pinos reclamaba por Twitter al Municipio de Quito la acumulación de basura en un contenedor ubicado en la intersección de la calle Los Cedros y la av. Real Audiencia (norte).

Pinos denunciaba que el recipiente no había sido vaciado desde el miércoles de la semana anterior.

Casi al mismo tiempo, la twittera @helenvak reclamaba una situación similar frente a un jardín de infantes ubicado en el sector de las calles Chuquisaca y De Los Cedros, también en el norte de la capital.

Casos como los mencionados resultan de que la Empresa Metropolitana de Aseo (Emaseo) mantenga un retraso del 25% en el cumplimiento de la recolección en las zonas contenerizadas de la ciudad (el 40%).

Esto a raíz de la emergencia presentada en el servicio  en diciembre de 2017 por falta de recolectores y que el Cabildo ha intentado paliar de varias maneras.

Ahora, el gobierno local busca resolver la situación mediante la compra de 40 vehículos nuevos y la repotenciación de 14 más. El contrato fue adjudicado al consorcio Recobaq.

La entrega de los primeros: 36 de carga posterior (recolección a pie de vereda) y cuatro de carga lateral (zonas contenerizadas) culminó a fines de marzo.

Esto es, 90 días después de lo previsto en el contrato, reconoce Paúl Luzuriaga, coordinador técnico de Emaseo.

El funcionario considera que con la incorporación de los últimos automotores se alcanza un cumplimiento del 95% en la recolección convencional de basura (a pie de vereda).

Asimismo, se prevé que las cajas compactadoras de carga lateral sobre chasises repotenciados, que Recobaq debía entregar entre enero y abril, empiecen a llegar en 40 días. 

Según Luzuriaga, Emaseo sigue calculando las multas que deben aplicarse al consorcio por los retrasos de entrega.

Esto significa 1 x 1.000 del contrato de $ 73,7 millones por cada día de retraso durante los primeros 10 y 2 x 1.000 a partir de ahí. (I)