El ministro de Desarrollo Urbano y Vivienda habla sobre la postulación de Quito como sede de la Conferencia sobre Desarrollo Urbano Sustentable Habitar III, que se desarrollará en 2016.

El evento forma parte de la agenda de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y tiene como finalidad debatir sobre temas para el mejoramiento de la vida en las ciudades a nivel mundial.

Habitar III tiene como antecedentes las conferencias similares realizadas en Vancouver (Canadá) en 1976 y en Estambul (Turquía) en 1996.

Entre los temas generales que abordará la reunión de núcleos urbanos mundiales que tendrá lugar dentro de dos años están el desarrollo sustentable, la situación de la pobreza y los desafíos energéticos.  

¿Por qué el interés del Gobierno en organizar el encuentro Habitar que se desarrollará en 2016?
Habitar III será una cumbre mundial, una cumbre de jefes de Estado y de organizaciones de la sociedad civil en la cual se aspira a definir la nueva agenda urbana del siglo XXI. En definitiva, se tratará de definir en ella los lineamientos, principios, conceptos que gobernarán el desarrollo urbano del planeta en los próximos años. Es equiparable a lo que ocurrió en la cita Río +20, solo que esta última se refería a temas ambientales y el otro encuentro es sobre ciudades.

¿Cuándo se conocerá la decisión acerca de la sede?
El nombre de la próxima sede será conocido aproximadamente a mediados del próximo mes de octubre.

¿Quién toma esta decisión?
La máxima instancia de las Naciones Unidas: el pleno de la  Asamblea General del organismo internacional.

¿Cómo se evalúan las posibilidades de Quito y Ecuador para obtener la sede?
Pensamos que el país tiene buenas posibilidades. Este es un proceso que en su momento lo inició el exalcalde de Quito, Augusto Barrera. Y la semana anterior tuvimos la satisfacción de que el Ecuador fuera designado copresidente del proceso preparatorio del evento.

¿Cómo se ha trabajado para la obtención de la sede del encuentro mundial de ciudades?
Ha habido toda una campaña, una serie de gestiones a nivel diplomático; Cancillería ha sido la responsable del tema, aunque nosotros hemos coordinado. De hecho, la semana anterior hubo un trabajo muy cercano con la misión del Ecuador ante las Naciones Unidas. Y estas tareas tuvieron un primer desenlace muy positivo como es el hecho de que el país copresida este proceso preparatorio.

¿Hay algún tipo de adhesiones a la ‘causa’ ecuatoriana?
En el caso de la copresidencia, por ejemplo, los países latinoamericanos han visto con buenos ojos la designación a la que se asume como una representación del continente a nivel internacional.  

¿Qué responsabilidades implica la designación para el país?
Este es un evento de tal naturaleza que implica un proceso previo de preparación, el cual consta de varias reuniones a nivel internacional. La primera de ellas tuvo lugar, también la semana pasada, en Nueva York. En estos encuentros se van estableciendo posiciones, se buscan modos de generar interés en los diferentes países, etc.

¿Cuál será el aporte del Ecuador en la cita, indistintamente de que se nos conceda la sede o no?
Creemos que Ecuador tiene mucho que decir en el ámbito internacional sobre este tema, como un país de ingreso medio. Y por lo tanto, creemos que podemos poner sobre la mesa de discusión asuntos sustantivos.

¿De qué temas hablamos, por ejemplo?
Hablamos, por ejemplo, del tema del impuesto sobre la plusvalía de la tierra del que se ha hablado en los últimos días; acerca del uso de suelo, de descentralización, de relación entre lo urbano y lo rural, crecimiento de ciudades intermedias. Estos son temas en los que el Ecuador puede, definitivamente, comentar sus experiencias. Otro caso más es el tópico de viviendas en zonas patrimoniales.