Los incendios forestales aumentaron en este año en la capital, según cifras del Municipio de Quito. Hasta junio de 2024 se registraron 1.134 eventos, es decir, 130% más de lo que se reportó a igual mes de 2023, año en el que hubo 873 incendios.

El 62% de los incendios forestales ocurre en la ruralidad (por actividades agrícolas), el 25% por quema de desechos, el 10% son intencionales y el 3% ocurren por fogatas mal apagadas.

Las parroquias con más incidencia de incendios son Tumbaco, Pifo, Pintag, Checa, San José de Minas y Puéllaro. A estas se suman el Pasochoa (Amaguaña) o el Teleférico, en el norte de Quito, donde se registran fogatas mal apagadas.

Ante esta realidad, las autoridades municipales realizan acciones como el monitoreo de áreas protegidas: la reserva Cayambe-Coca, cerro Atacazo, cantón Mejía y sector del Antisana. Adicionalmente hay tres cámaras termográficas (mantenimiento preventivo, inspección eléctrica y resolución de problemas en primera línea) para posibles incendios. Las cámaras se ubican en Pifo (cubre Tumbaco y Cumbayá); cerro Auqui (controla la parte nororiental y noroccidental) y Collaloma (monitorea las laderas del Pichincha).

Prevención

El Municipio de Quito detalló que ha destinado USD 4 millones para el eje preventivo (campañas de difusión, sistema tecnológico, monitoreo y vigilancia).

El eje de preparación y respuesta (entrenamiento, equipamiento del personal, vehículos y accesorios) recibió USD 3.5 millones.

Sanción

Hay tres tipos de sanciones para quienes provoquen incendios forestales. La Agencia Metropolitana de Control (AMC) señala faltas leves, graves y muy graves. Estas sanciones van desde una hasta 75 remuneraciones básicas unificadas (desde USD 460 hasta USD 34.500).

El Cuerpo de Bomberos ya no necesita flagrancia para emitir los informes técnicos y establecer la responsabilidad.