La Semana Santa es una de las épocas más importantes del año, tanto desde el punto de vista religioso como gastronómico en el país.

Y en Quito se da un matiz especial por la cantidad de actividades que se desarrollan entre el Domingo de Ramos y en el que se celebra la Pascua.

Sara Cárdenas, nacida en San Marcos (centro) pero residente en San Carlos (norte)  hace 34 años, dice que extraña “la Semana Santa como era antes”.

La mujer de 71 años recuerda que esos días había mucha solemnidad y respeto. “Las emisoras no transmitían música alegre y en las casas estaba prohibido bailar e incluso reírse”.

En Jueves Santo -relata la adulta mayor- se trabajaba hasta el mediodía y luego las familias se reunían para preparar la fanesca.

El viernes, después de almorzar temprano el platillo de temporada, era obligatorio asistir a la procesión. Y el domingo, madrugar a la misa de Resurrección.

“Ahora, la gente es irrespetuosa: baila, toma, come carne los viernes de Cuaresma; es un relajo”.

La procesión a la que se refiere Cárdenas es la que se realiza por las calles del Centro Histórico cada Viernes Santo desde 1961 en honor a la imagen de Jesús del Gran Poder.

La actividad es todavía el evento principal de la festividad religiosa y se calcula que asisten 250.000 personas.

En los últimos años, sin embargo, se ha ampliado la oferta con actividades que, en muchos casos, se realizan hace mucho tiempo, pero que eran desconocidas.

Según la gerenta de la Empresa Metropolitana Quito Turismo, Verónica Sevilla, la promoción de eventos que se realizan en la urbe y en las parroquias rurales es parte de la estrategia municipal para impulsar el turismo religioso en la capital.

Para este año, el Cabildo espera la llegada de casi 400.000 personas a la ciudad durante la Semana Santa. Y entre los visitantes, 12.400 serían extranjeros.

De acuerdo con Sevilla, el Municipio apoya a los realizadores de los distintos eventos, por ejemplo, con logística y promoción a través de la prensa nacional e internacional, como una estrategia para incrementar esas cifras.

La idea es que todos los eventos que integran la agenda capitalina se desarrollen sin problemas y, así, potenciar y consolidar los productos turístico-religiosos que se venden en el mercado.

Además, la Semana Santa quiteña es integrada hace dos años en las ferias internacionales a las que asiste la ciudad y se envía información a expertos en este tipo de turismo.

De esta forma, el gobierno local prevé que la llegada de visitantes extranjeros durante este período del año se duplique hasta 2021.

Componente gastronómico

La fanesca, plato mestizo derivado de la ushukuta que comían los indígenas antes de la Conquista, es el alimento característico de esta época.

La promoción del platillo es otra de las estrategias turísticas municipales. La forma de hacerlo es, generalmente, a través de concursos en mercados y la entrega de reconocimiento a las mejores recetas de hoteles y restaurantes.

Este año se ha integrado un elemento adicional con el ofrecimiento de descuentos en restaurantes, hoteles y hostales. Para acceder a ellos se debe descargar los cupones colocados en la aplicación turística GoUIO y en los portales del Municipio. (I)