El cabildo efectuará un estudio para determinar qué espacios deben ser considerados como reservas culturales del distrito
Quito cuenta con mil sitios arqueológicos
Los estudios arqueológicos sobre Quito llevan alrededor de un siglo y parten desde las investigaciones realizadas por quien fuera el primer alcalde de la ciudad, Jacinto Jijón y Caamaño.
El Distrito es una fuente de riqueza arqueológica pues datos del Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) indican que la ciudad tiene un atlas compuesto por alrededor de mil sitios descubiertos y por estudiar. Varios de estos lugares se encuentran en propiedades privadas, lo que causa dificultades en los procesos de investigación por el tema de permisos y en algunos casos se produce ‘huaqueo’ (robo de piezas o huacas).
Entre los sitios arqueológicos representativos capitalinos están Tulipe, Rumipamba, La Florida y Cotocollao, que son asentamientos preincaicos. También se encuentra Rumicucho, considerada una fortaleza inca que se ubica en el sector de la Mitad del Mundo.
En el caso de Tulipe, asentado en la parroquia Nanegalito (noroccidente), el Banco Central inició el estudio de ese centro ceremonial del pueblo yumbo (400 a.C.–1660 d.C) hace alrededor de 25 años.
El lugar está compuesto por 5 piscinas ceremoniales que, de acuerdo con los arqueólogos, representaban el ciclo lunar y las estaciones de siembra. En el espacio se creó un museo que exhibe restos de cerámica, tejidos y representaciones en cera de la vida de ese pueblo.
La Florida es un museo ceremonial relacionado con la civilización de los quitus (220 a.C-640 d.C). Los estudios más recientes empezaron en 2002 y 2004, pero Jijón y Caamaño ya reveló la existencia del centro arqueológico en 1930.
El lugar se encuentra ubicado en las faldas del Pichincha (norte). Allí se decubrieron 10 urnas funerarias de 15 y 17 metros de profundidad. En la tumba principal se encontraron 14 restos humanos en posición fetal.
Los cuerpos estaban decorados con conchas spondylus, utensilios de cobre, barro, madera, pendientes de oro, tejidos, entre otros elementos.
La más reciente fase de investigaciones de Rumipamba (llanura de las rocas, en kichwa) se remontan a 2011, cuando se encontraron vestigios que datan del 1.600 a.C. En el lugar se encontraron estructuras de las antiguas viviendas del pueblo quitu. También se hallaron utensilios de cerámica, algunos esqueletos y otros elementos.
En el caso de Rumicucho, la hipótesis más aceptada es que la estructura existente en el lugar constituyó una fortaleza incaica correspondiente al siglo XV. Las ruinas fueron estudiadas por el Banco Central a partir de 1976 y desde aquella época se ha restaurado más de 70% de las 5 terrazas.
El estudio, investigación y preservación del patrimonio arqueológico de Quito está en la actualidad a cargo del Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP), que funciona con un presupuesto prorrogado de $ 300 mil para estas actividades. Dentro de este rubro se encuentran los fondos destinado a la conservación de los museos de sitio (Tulipe, La Florida, Cotocollao y Rumipamba).
Según información del IMP, dichos lugares se encuentran en buen estado puesto que no tienen problemas de infraestructura y las investigaciones prosiguen. Algo similar ocurriría con los últimos sitios de descubrimientos en Tababela y Rancho Bajo.
Rumicucho es uno de los sitios que necesita de mayor atención y se precisa que la comunidad se vincule con su cuidado. El concurso de los vecinos de la zona es necesario incluso para el tema de guía turística. “El tema de la arqueología es muy importante porque trata de los vestigios culturales más lejanos y relacionados con nuestros orígenes. Y aunque esto no es una responsabilidad específica de los gobiernos locales, sino del Estado Central, algunas administraciones atendieron varios de estos sitios, que en una primera instancia fueron herencia de las investigaciones que realizó en su momento el Museo de El Banco Central. Creo que se ha realizada una labor constante”, comentó Dora Arízaga, directora del IMP.
Arízaga indicó que para realizar un proceso de excavación, investigación de ruinas arqueológicas, que en gran parte se encuentran en terrenos privados, se requiere plantear políticas de preservación y de manejo de esos sitios. Esto porque todos cada uno tiene cualidades investigativas y no sería responsable abrir ‘huecos’. Añadió que varios de esos sitios deben quedar como reserva cultural a fin de propiciar el conocimiento científico.
El IMP no cuenta con datos exactos sobre los lugares que deberían ser considerados reserva cultural.
La funcionaria indicó que en las próximas 2 semanas se subirá al portal de compras públicas la propuesta para un estudio de plan de manejo integral de los sitios arqueológicos con el que se busca determinar cuántos se encuentran en propiedad privada, cuántos en propiedad del Estado; cuáles son los que ameritan ponerse en función social, cuáles tienen visos de ser investigados y cuáles serían considerados reservas culturales.
La Directora del IMP mencionó que la institución prevé que este año empiece el mencionado análisis y que los primeros resultados se presentarían el próximo año. Además, indicó que el estudio definirá el futuro de los mil sitios y cómo se edificará un sistema de bienes y sitios arqueológicos. “Este es el capital cultural de Quito y su riqueza científica, pues ahí está guardada la historia de los orígenes del Distrito. Es un archivo que está guardado y que en cualquier momento se pude descubrir”, comentó Arízaga.
Estudios en marcha
En Tulipe se avanza en las investigaciones sobre los caminos y vías de comunicación que crearon los integrantes del pueblo Yumbo para sus intercambios comerciales; rutas a las que se denomina coluncos.
Sobre los restos encontrados durante la construcción del aeropuerto de Tababela, estos se hallan guardados en el laboratorio de arqueología en la casa-hacienda Rumipamba.
Actualmente, el Municipio mantiene diálogos con Quiport, la concesionaria del aeródromo, para crear un centro de interpretación en unas de las haciendas intervenidas por el IMP en la zona.
Por otro lado, los restos encontrados en Rancho Bajo y Rumipamba son analizados por arqueólogos. Según la directora del Instituto de Patrimonio, los estudios de estos vestigios toman el tiempo que el especialista considere necesario e inclusive, varias piezas son analizadas en laboratorios fuera del país, lo que implica un proceso minucioso.
Uno de los estudios recientes que realiza el IMP tiene que ver con la restauración del Camino del Inca o Qhapaq Ñan, pues a partir su declaratoria por parte de la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, el Cabildo decidió proteger el trazado vial prehispánico. Este es parte de la red de caminos antiguos de varios países de Sudamérica como Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Chile.
El Camino del Inca empieza en el Distrito en la parroquia Amaguaña, recorre el barrio del Troje, La Forestal, La Argelia (suroriente), atraviesa el Centro Histórico y culmina en Guayllabamba.
EL TELÉGRAFO realizó un recorrido por los barrios El Troje y La Argelia. En el primero, la ruta prehispánica se confunde con una vía de segundo orden, donde no es extraño observar a moradores de la zona pastando su ganado o cortando hierba para alimentar a los animales de su propiedad.
Juan Insuato, profesor por 20 años de la escuela Camino del Inca en El Troje, comentó que parte del sendero se perdió cuando se construyó la av. Simón Bolívar. Y añadió que es necesario reconstruir la ruta, pero sin desatender las necesidades básicas del barrio.
De igual manera, César Vistín, morador del lugar, indicó que el camino se encuentra olvidado pues la basura y escombros se aglomeran sobre él. “Si arreglar el Camino del Inca significa mejorara nuestra vida, bienvenida sea la obra”, añadió.
En el caso de La Argelia, sus moradores señalaron que la Municipalidad debería dar prioridad a los requerimientos del barrio como adoquinamiento de las calles, según comentaron José Moreno y Alfredo Murillo.
Franklin Cárdenas, director de ejecución de obras del IMP, dijo que el Camino del Inca ha vuelto a tener importancia en el Distrito por la declaratoria de patrimonio y que la anterior Alcaldía marcó márgenes viales para preservar esta red.
“Se realizaron estudios desde hace 8 años. El Camino del Inca ha estado muy ligado al crecimiento de la ciudad y al urbanismo de Quito. Estamos realizando análisis para preservar los vestigios, pues aún no determinamos con certeza por dónde pasó exactamente. Tenemos el dato de que el camino en el Distrito tiene alrededor de 200 km”, comentó Cárdenas.
El experto mencionó que se prevé vincular a la comunidad en el proyecto de recuperación y que este se ejecutará a largo plazo.
DATOS
Qhapaq Ñan significa en kichwa “camino real”. Tiene una longitud total de unos 5.200 kilómetros y va desde Quito hasta lo que hoy es Tucumán, en Argentina.
La propuesta de restaurar el Qhapaq Ñan fue presentada por 6 países de la región a la Organización de Estados Americanos (OEA). El Camino del Inca es parte de un grupo de 998 sitios patrimoniales.
Las piscinas de Tulipe están ubicadas a 1.450 metros sobre el nivel del mar y a 70 km de Quito. En el sitio se encontró evidencia de la vida de los antiguos pobladores yumbos.
Tras varias excavaciones en Rumipamba, se encontraron osamentas, vasijas e indicios de viviendas. Así se declaró al lugar como un espacio patrimonial, el cual se puede visitar de miércoles a domingo gratuitamente.
La Florida es un cementerio o necrópolis de los antiguos pobladores del valle de Quito. El visitante puede observar allí las tumbas y recorrer la exposición de objetos funerarios hallados en el sitio.
Este museo también se puede visitar de miércoles a domingo sin costo.