A Quito se lo observa mejor desde las alturas
El Centro Histórico de Quito es el espacio capitalino más visitado por turistas nacionales y extranjeros.
Según cifras municipales, las aproximadamente 375 hectáreas (ha) de la zona colonial capitalina son recorridas por el 53,28% de visitantes, los miradores naturales de la ciudad el 12,72%, la zona de La Mariscal el 9,42% y otros lugares el 24%.
Uno de los mayores atractivos del centro son sus iglesias y conventos, que constituyen el 42% de los inmuebles de esta zona quiteña.
En los últimos años el acceso al interior de las edificaciones religiosas se ha facilitado con la creación de museos o por muestras en épocas especiales, como Semana Santa, Día de los Difuntos y Navidad.
El acceso a las torres de la Basílica quiteña no es recomendable para las personas con problemas de vértigo.
Los visitantes tienen acceso a las instalaciones, observar pinturas y esculturas de la Escuela Quiteña y conocer detalles sobre la vida monástica, tanto actual como de siglos pasados.
Una opción poco conocida y aprovechada es la posibilidad que ofrecen cuatro templos de acceder a las cúpulas y torres, como el caso de la Basílica del Voto Nacional.
En otras tres iglesias que se realiza este tipo de recorridos son la Catedral, Santo Domingo y La Compañía.
La Basílica permite a los turistas que suban a cerca de 115 metros (m), que es la altura de las dos torres frontales, lo cual la convierte en la segunda estructura religiosa más alta de América, solo detrás de la Catedral de Maringá, en Brasil, (124 m).
La mayor parte del ascenso se realiza por gradas normales. Sin embargo, los últimos tramos del ascenso a las torres es por medio de escaleras en forma de caracol, en un caso, y metálicas de travesaño, en otro; ambas son empinadas.
Por eso es mejor que no realicen la travesía las personas que sufren de vértigo, niños pequeños y adultos mayores con problemas de movilidad o cardíacos.
Sin embargo, las personas que llegan hasta arriba consideran que la experiencia es inolvidable. A la altura propia de la estructura se suma su ubicación: al tope de una pendiente que sirve de acceso al centro.
John Curtis, turista estadounidense, con su esposa, Carol, que la semana pasada visitaba el país, se declaró maravillado por la vista de la zona colonial y el norte de la urbe.
“Wonderful, wonderful”, repetía mientras caminaba en diferentes direcciones.
Las personas deben tener paciencia, pues la demanda que tiene el acceso a las zonas más altas del templo hace que, por momentos, se formen extensas colas para el ingreso y la subida o bajada de las torres.
La tarifa del recorrido cuesta $ 1 para los visitantes nacionales y $ 2 para los extranjeros.
La ciudad desde las cúpulas
Aunque no se permite acceder a los campanarios, en La Catedral, Santo Domingo y La Compañía se puede ingresar a las cúpulas.
El ascenso a la principal iglesia capitalina (Catedral) requiere de cuidado, pues se efectúa a través de un pasadizo estrecho que nace en la nave central del templo.
La recompensa, sin embargo, es una visión diferente de la Plaza de la Independencia (grande), el Palacio de Gobierno, el Municipio y el Palacio Arzobispal. Incluso se llega cerca de la veleta en forma de gallo que dio origen a la leyenda.
Subir cuesta $ 2 para ecuatorianos y $ 6 para extranjeros.
Para observar el barrio La Loma Grande, la zona El Cumandá y la Plaza de Santo Domingo, desde las cúpulas de la iglesia de este nombre, el valor es de $ 1 para adultos y $ 0,50 para niños.
Mientras tanto, llegar a las cúpulas de La Compañía cuesta $ 4,50 para ecuatorianos y $ 7 para extranjeros hasta este 30 de agosto por vacaciones. El precio normal es de $ 25. (I)