Establecer mayores sanciones para quienes conducen en estado de embriaguez, hablan por celular mientras conducen, no usan el cinturón y no respetan los semáforos ni el paso cebra, es uno de los planteamientos que propone el Cabildo para que sean incorporados al Código Orgánico Integral Penal.  

La iniciativa busca precautelar la seguridad de las personas como, por ejemplo, aplicando el programa del conductor elegido. También plantea la obligatoriedad del conductor para someterse al control del alcocheck cuando la autoridad lo requiera.

Por ello, proponen que los conductores que excedan  el rango de 0,3  a 0,8 gramos de alcohol en la sangre sean sancionados con la pérdida de 5 a 10 puntos y la suspensión de su licencia por un periodo de seis meses a cuatro años. La pena más fuerte se aplicaría a quienes reincidan por más de dos ocasiones, con la posibilidad de aplicar la revocatoria definitiva de su licencia.

Para los conductores que no utilicen manos libres para su celular la  multa sería del 30% del Salario Mínimo Unificado ($ 95,40) y perderían seis puntos en su licencia. La pena sería tipificada como una contravención de quinta clase.

En el caso de las personas que no utilicen el cinturón de seguridad, la multa sería del 15% del salario básico  y perderían 4,5 puntos en su licencia como una contravención de séptima clase.

Otro aspecto de la propuesta que será entregada hoy a la comisión legislativa de Justicia y Estructura del Estado, se refiere al abuso que cometen algunos conductores de buses, pues el 70% de la población utiliza ese sistema de transporte y merece mayor protección.   

El alcalde Augusto Barrera explicó que cuando inició su gestión la tasa de mortalidad por accidentes de tránsito era de 16,4 fallecidos por cada 100 mil personas. Ahora la tasa bordea el 13 por mil y la meta es llegar a menos de 10 por mil. Según datos del  Municipio, la primera causa de muerte en la ciudad son los accidentes de tránsito y la mayoría ocurre los fines de semana.

Walter Enríquez, supervisor general de la Agencia Metropolitana de Tránsito, señaló que la propuesta está dividida en tres ejes: revisión del marco normativo, control del tránsito y campañas viales desde edades escolares.

El proceso para que el Municipio asuma las competencias sobre el control del tránsito está en su fase final, pues los agentes civiles están próximos a obtener su acreditación y se espera que hasta agosto  ya estén en las calles de la ciudad.