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Pocos moradores de Chillogallo visitan el Centro Cívico Sucre

El monumento a Antonio José de Sucre se encuentra descuidado. El parque requiere más atención. Foto: Fernando Sandoval / El Telégrafo
El monumento a Antonio José de Sucre se encuentra descuidado. El parque requiere más atención. Foto: Fernando Sandoval / El Telégrafo
14 de junio de 2015 - 00:00

Mariano Parra (76 años) lleva a su bisnieto Michael (9) al Centro Cívico Mariscal Sucre, ubicado en la parroquia Chillogallo (al sur). El niño se divierte paseando por las estancias del museo, mirando los libros antiguos de la biblioteca y tocando las armas que portaron hace casi 2 siglos los combatientes de la Batalla de Pichincha. 

Mientras tanto, Mariano espera pacientemente a su nieto en una de las bancas del parque. Son más de las 15:00 y corre un aire de tranquilidad en el sitio; apenas se escucha el aleteo de las palomas cuando se posan en el monumento de Antonio José de Sucre.

“La reconstrucción de la plaza dio de nuevo vida al barrio, pues esto en mi niñez era un potrero que pertenecía a los párrocos de la iglesia. Con el museo, este sitio se volvió un lugar familiar y decente”, comentó Parra.

Después de unos 30 minutos, Michael se reúne con su abuelo, le cuenta lo que leyó en la biblioteca y sin omitir ningún detalle le narra cómo el luego Mariscal de Ayacucho se atrevió a rodear el volcán Cotopaxi, en Latacunga, para llegar a Quito y pernoctó en la hacienda que ahora es el museo.

Hace más de 10 años, el Centro Cívico fue rehabilitado por el Municipio Metropolitano de Quito; luego pasó a manos del Ministerio de Defensa, al igual que otros 4 museos a escala nacional como el Templo de la Patria, la Casa de Sucre, la Casa de los Tratados y el Museo de la Defensa Mariscal Sucre.

Este año, durante el aniversario de la Batalla del Pichincha, el Ministerio traspasó el Centro Cívico Mariscal Sucre al Ministerio de Cultura como parte de un proceso de integración de todos los museos y con el fin de repotenciar el valor del sitio.

La vieja casona abre sus puertas de lunes a domingo. Recorrer sus pasillos, habitaciones y patios equivale a un encuentro con la historia independentista del país.

Por ejemplo, en la Sala Sucre se encuentran objetos como bayonetas, uniformes, monturas e incluso manuscritos originales de Sucre y Simón Bolívar.

Así mismo, están expuestas piezas precolombinas de varias culturas de la Sierra y la Costa del país.

Pero el espacio es poco visitado por la comunidad. En las tardes, no más de 5 personas pasean por su interior, incluso muchos vecinos de Chillogallo desconocen la historia del lugar. Lo mismo sucede con la plaza, la que fue reformada hace más de una década.

Carmen Hinojosa (58) comentó que el Centro necesita mayor difusión, pues pocos moradores saben de su existencia, aunque aseguró también que gracias a su existencia “el sector es más cultural”.

Según el Ministerio de Cultura, el museo será adecuado con implementación tecnológica, sobre todo en el área de la biblioteca, pues existe una colección de más de 1.500 libros.

La biblioteca fue fundada en 1981. Allí reposan textos originales escritos por Sucre y Bolívar. Una de las joyas que se preserva es, por ejemplo, una antigua copia del poema ‘Mi delirio sobre el Chimborazo’, del Libertador.

Para Luis Echeverría, profesor y morador histórico del barrio, el museo constituye una parte de la identidad de los moradores de Chillogallo; a su parecer, ese debería ser uno de los proyectos que el Ministerio debería reforzar en la comunidad.

“El museo y la comunidad son parte fundamental de la historia de Quito y el país. Es importante que se realicen proyectos o campañas que realcen nuestra identidad, pues el Mariscal (Sucre) partió desde este sitio para liberar la Patria”, comentó Echeverría.

Para muchos moradores del sector, fue Sucre quien le dio el nombre a la parroquia, pues la noche del 22 de mayo de 1822, el Mariscal durmió y planificó la estrategia militar que le dio la victoria en las faldas del Pichincha 2 días después.

Luis Arcos, encargado del museo, señaló que una de las leyendas del sector menciona que el Mariscal Sucre pidió al dueño de la hacienda, el indígena Guaraca Montana, que despertara al cantar del gallo y que de ahí provendría el nombre Chillogallo.

Arcos dijo que el museo tiene más de 200 visitantes al mes, especialmente estudiantes de escuelas y colegios. No así los moradores de Chillogallo. (I)

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