Carlos Zambrano llegó ayer cerca de las 10:00 a la nueva Plataforma Financiera para consultar los requisitos para acceder a un préstamo en el Banco del IESS (Biess). “Me asusté un poco porque pensé que no estaban atendiendo, pero de todas formas vine y veo que lo hacían con normalidad”, dijo.

La tormenta caída la tarde del lunes en el centro-norte de Quito es, según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología  (Inamhi), la lluvia más fuerte de mayo en los últimos 42 años.

A causa de ella, al menos en 12 sectores de la capital hubo anegaciones y deslaves.

Alexandra Churo, quien forma parte del personal de aseo y mantenimiento del edificio gubernamental, aseguró que en cuanto el agua empezó a ingresar se iniciaron las labores de limpieza.

“Llovía demasiado y el agua comenzó a entrar porque las alcantarillas en la av. Amazonas y en la Villalengua estaban tapadas y el agua se regresaba. Nosotros sacamos toda el agua por nuestros propios desagües”, indicó.

Ante comentarios expuestos en redes sociales, que causaron alarma en la ciudadanía, el Servicio de Contratación de Obras (Secob)  aclaró la situación a través de su cuenta Twitter: “Secob desmiente que afectaciones a la Plataforma Financiera se deban a su infraestructura. El problema se dio por colapso de colectores externos”.

Agregó que el agua lluvia que ingresó a las instalaciones no las perjudicó, ni tampoco afectó el mobiliario.

Esto lo confirmó Alexandra, quien contó que a pesar de que le tomó cerca de cuatro horas, con sus compañeros, desalojar el agua lluvia, las instalaciones no sufrieron daños. “Lo hicimos rápido porque todos bajamos a limpiar y a las 17:30 todo estuvo arreglado”.

Sin embargo, cerca de las 16:30, tanto funcionarios como usuarios del Biess y del Servicio de Rentas Internas (SRI) fueron evacuados para precautelar su seguridad.

Ayer, los servicios de atención al usuario de ambas instituciones atendieron con normalidad. “Vine para arreglar el pago del impuesto de la venta de una casa. Es la primera vez que vengo y veo que las instalaciones están mejor, es más amplio y me parece que hay más personas atendiendo”, aseguró Amelia López.

Por su parte, comerciantes del  mercado Iñaquito negaron los comentarios que circularon el lunes en redes sociales sobre su supuesta responsabilidad en la inundación; los mensajes aseguraban que la basura proveniente del mercado habría tapado las alcantarillas.  

Dijeron que a pesar de que -a su juicio- no cuentan con suficientes colectores de basura, su organización impide que los desperdicios terminen en lugares inapropiados o se desparramen en las calles.

“Nosotros sacamos la basura todos los días en la noche apenas viene el camión recolector. Si se nos pasa y no alcanzamos a sacarla es nuestra responsabilidad ver dónde la botamos; pero nunca se queda en la calle, ni dentro del mercado”, explicó Jéssica Iturralde, comerciante.

Entre tanto, para evitar que haya nuevas inundaciones se construyen cinco sumideros en la esquina de la calle Juan José de Villalengua, que es el principal punto de concentración de agua. (I)