El proyecto requiere una inversión de $ 12 millones y estará listo el primer semestre de 2016
Planta de tratamiento de aguas residuales de Quitumbe tiene un avance del 15%
La construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales de Quitumbe se halla en plena ejecución y registra un avance aproximado del 15%, según José Burbano, subdirector de Estructuras de la Empresa Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (EPMAPS). La edificación se inició en noviembre pasado y está previsto que concluya en febrero de 2016.
El sistema de plantas de tratamiento está conformado por 20 unidades de ese tipo que deberían construirse en un período de 5 años. El proyecto fue concebido por la anterior administración en el marco del programa de descontaminación de 30 quebradas y ríos que atraviesan la ciudad. La idea es completar el manejo integral del ciclo del agua que utiliza el Distrito desde su origen hasta su tratamiento y reinyección en los cauces naturales del cantón. El exalcalde Augusto Barrera repetía constantemente que este tema no fue atendido por más de 40 años.
La inversión para la construcción de la infraestructura en Quitumbe es de $ 12,3 millones. La planta recogerá las aguas servidas generadas por unos 150 mil moradores del sur y depositadas en aproximadamente 7 quebradas del sector; entre ellas, las quebradas Ortega, Monjas y Calicanto. El procedimiento tratará 100 litros del líquido por segundo.
Actualmente se están construyendo las unidades de tratamiento biológico y las de filtración y sedimentación. Alrededor de 150 personas trabajan en la obra.
El agua que tratará la planta de Quitumbe provendrá básicamente de fábricas (20%) y hogares (80%), las que luego del proceso de limpieza serán vertidas en la quebrada Shanshayacu, que desfoga en el río Machángara.
El área que ocuparán las instalaciones es de 1,5 hectáreas aproximadamente. Burgos mencionó que el agua de esta planta tendrá un nivel de purificación de alrededor del 80%, lo que implicaría que aunque el líquido no sea apto para el consumo humano, sí servirá para actividades tales como el riego.
El proceso de purificación del agua comprende un sistema tecnológico y bacteriológico moderno.
La descontaminación se efectuará —visto esquemáticamente— mediante 4 pasos. En primer término, el líquido será sometido a un proceso de desarenación. Luego, se le inyectará oxígeno para que bacterias descompongan la materia orgánica. Tras ello, el agua será filtrada y posteriormente desinfectada con el uso de rayos ultravioletas. En caso de existir algún problema con este último procedimiento, se contará con un sistema alternativo de desinfección mediante cloración, a través del uso de hipoclorito.
En tanto que los sedimentos resultantes serán deshidratados y procesados para convertirlos en abono orgánico o material para relleno. “La nueva administración apoya el proyecto y está pendiente de que las plantas se construyan en el tiempo previsto”, comentó el subdirector de estructuras de la EPMAPS.
El proyecto en marcha limpiará los cauces provenientes del lado suroccidental del Distrito; en tanto que otra infraestructura se encargará de las vertientes surorientales, incluida la quebrada Shanshayacu, en el tramo previo a la planta de Quitumbe.
Se trata de un sistema similar de descontaminación de agua que se prevé construir en el sector del Beaterio. Esa planta se encuentra diseñada y el precio referencial de su edificación está fijado en $ 28 millones, Esta tendrá mayor capacidad que su similar de Quitumbe, pues trataría 340 litros por segundo. Si se cumple con los planes establecidos, esa infraestructura debería empezar a ser construida a partir de 2015.
Pero la mayor de este tipo de plantas proyectadas será la de Vindobona, en San Antonio de Pichincha (norte), que incluirá un generador de electricidad. La empresa estadounidense Hazen and Sawyer deberá concluir los estudios y el diseño en aproximadamente 600 días. El precio referencial para la construcción de esta fue fijado en alrededor de $ 300 millones.
La planta de Vindobona beneficiará con su trabajo a aproximadamente 2 millones de personas y tendrá capacidad para tratar alrededor de 7.500 litros de líquido por segundo, según Burbano.